Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS
A propósito de los recientes accidentes ocurridos por el temporal, mucho se habla de los árboles, su rol y los parques urbanos, su importancia urbanística y necesidad social, de su impacto en el medio ambiente y aporte a la sostenibilidad de una urbe.
Los árboles cumplen un papel fundamental en el desarrollo sostenible de las ciudades, brindando múltiples beneficios, pues regulan la temperatura al proporcionar sombra y liberar vapor de agua, bajando la temperatura ambiental entre 2 y 8°C en días calurosos, absorben dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, y liberan oxígeno, limpian el aire al absorber contaminantes como óxido de nitrógeno, amoníaco y dióxido de azufre, ayudan a conservar la biodiversidad al ofrecer alimento y refugio a animales, aumentan el valor de las propiedades en hasta un 20% más que zonas sin vegetación y proporcionan un entorno más agradable para realizar actividades al aire libre; por lo que una política clara de cuidado preventivo, reposición y reforestación urbana de los árboles es cada día más necesario.
El catastro nacional de áreas verdes del INE vigente en Chile desde el año 2017, señala que existen 532 parques urbanos, y corresponden a 4.133 hectáreas, representando el 44% de la superficie total de áreas verdes en el país. Así, estos verdaderos “pulmones verdes” tienen muchas ventajas; pero, a pesar de existir parques urbanos en Chile desde mediados del siglo XIX, solo a contar del año 2021 se tiene una Política Nacional de Parques Urbanos.
Esta política los define como espacios libres de uso público, ubicados dentro de los límites urbanos, con una superficie mínima de 2 hectáreas y una cobertura vegetal predominante, que pueden estar eventualmente dotados de instalaciones para el desarrollo de actividades de recreación, deporte, cultura u otras, y que otorgan beneficios ambientales y sociales en el territorio donde se emplazan, generando valores paisajísticos y ambientales a una escala mayor, cuya área de influencia puede abarcar todo el territorio de la ciudad.
Esta política entrega criterios y orientaciones generales parapromover el desarrollo de parques urbanos sostenibles, que se constituyan como uno de los componentes estructurantes de la planificación de las ciudades y territorios, que promuevan la equidad territorial y la integración social, fortalezcan la pertinencia e identidad cultural y territorial, aporten al bienestar, la salud y la seguridad de las personas, contribuyan al desarrollo local y al equilibrio ambiental, a través de una gestión integrada, descentralizada y participativa.
No cabe dudas que esta Política significa un importante avance en la materia. Sin embargo, estos parques carecen de una especial consagración en nuestra legislación. Lamentablemente en nuestro país, lo que no se regula, no se fiscaliza y si no se fiscaliza, no se cumple. Prueba de ello es que los árboles se caen cada año durante el invierno sin existir un proceso de identificación preventivo de aquellos peligrosos.
Entonces, para un adecuado potenciamiento de este tipo de políticas, debiese al menos estar contenida y contemplada una definición de parques urbanos dentro de nuestra legislación de urbanismo y construcciones así como de la relevancia de las especies arbóreas, para que en forma real y eficiente sean aplicados todos los criterios y orientaciones contenidos en esta Política, en el desarrollo urbano de las ciudades de Chile para este siglo y los venideros.