La real importancia de la selección de los árboles en el paisaje urbano

Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS

A propósito de los recientes accidentes ocurridos por el temporal, las sugerencias de activación de los seguros de las viviendas correspondientes a propósito de los mismos, algo adelanté en mi artículo anterior respecto de los árboles, su rol y los parques urbanos, de su impacto en el medio ambiente y aporte a la sostenibilidad de una urbe.

En esta oportunidad, más que focalizarme en la necesidad de desarrollar un plan maestro, una política u otro mecanismo que tienda o permita darle una justa dimensión e importancia a los árboles y asimismo, evitar que ellos se derrumben durante tormentas o inclemencias climáticas, es importante tener en cuenta, primero, ciertos criterios al seleccionar las especies para los efectos urbanísticos adecuados para las áreas verdes y parques urbanos; pues dada nuestras ciudades, su ubicación geográfica y climas diversos, está más que claro y demostrado que no cualquier árbol sirve. Y ello no es culpa del árbol. Hoy, nadie pensaría en tener un sauce en el desierto o un cactus en Puerto Aysén.

Pues bien, elegir árboles adecuados para el sitio, es primordial, considerando el espacio disponible, la compatibilidad con infraestructura y la resistencia a plagas y enfermedades.

Diversificar la composición botánica, siguiendo la regla 10-20-30, es otra clave relevante a la hora de decidir las especies. Se suele sugerir que no más del 10% de una misma especie, 20% de un género y 30% de una familia. Esto aumenta la plasticidad ante eventos negativos.

Por otro lado, priorizar especies nativas o adaptadas a cada zona climática siempre es adecuado, pues son precisamente estas especies, las que por su naturaleza, están mejor adaptadas a dichos climas específicos.

Sin embargo, todo lo anterior no servirá de mucho, si es que no se realiza un mantenimiento regular que incluya poda, fertilización y control fitosanitario. Inspeccionar regularmente los árboles en busca de problemas estructurales como ramas codominantes con corteza incluida e identificar árboles inclinados o con daños que los hagan propensos a caer durante tormentas pueden marcar una diferencia relevante a la hora de prevenir caídas, daños materiales y peligro a la vida humana. Estar atento a condiciones que puedan indicar riesgo, como encharcamientos permanentes, inclinación del tronco o presencia de hongos es muy adecuado.

Además, es fundamental la profesionalización de la arboricultura y silvicultura urbana, disciplinas que se encargan del cuidado de los árboles. Contar con técnicos especializados es clave para seleccionar las especies adecuadas y brindarles el mantenimiento necesario.

De esta manera, no cabe duda de que los árboles son un aliado indispensable para enfrentar el cambio climático y mejorar la calidad de vida en las ciudades. Seleccionándolos correctamente y dándoles un mantenimiento adecuado, se puede minimizar el riesgo de que se derrumben durante eventos climáticos extremos, evitando de este modo que la gente sufra por cortes de luz, perdida de otros servicios básicos, peligre incluso la vida y la propiedad sobre las cosas dañadas y/o afectadas.

Así pues, un árbol sano y adecuado, puede prevenir muchos costos.

Parques Urbanos y sus árboles. ¿Hemos aprendido algo después del temporal?

Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS

A propósito de los recientes accidentes ocurridos por el temporal, mucho se habla de los árboles, su rol y los parques urbanos, su importancia urbanística y necesidad social, de su impacto en el medio ambiente y aporte a la sostenibilidad de una urbe.

Los árboles cumplen un papel fundamental en el desarrollo sostenible de las ciudades, brindando múltiples beneficios, pues regulan la temperatura al proporcionar sombra y liberar vapor de agua, bajando la temperatura ambiental entre 2 y 8°C en días calurosos, absorben dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, y liberan oxígeno, limpian el aire al absorber contaminantes como óxido de nitrógeno, amoníaco y dióxido de azufre, ayudan a conservar la biodiversidad al ofrecer alimento y refugio a animales, aumentan el valor de las propiedades en hasta un 20% más que zonas sin vegetación y proporcionan un entorno más agradable para realizar actividades al aire libre; por lo que una política clara de cuidado preventivo, reposición y reforestación urbana de los árboles es cada día más necesario.

El catastro nacional de áreas verdes del INE vigente en Chile desde el año 2017, señala que existen 532 parques urbanos, y corresponden a 4.133 hectáreas, representando el 44% de la superficie total de áreas verdes en el país. Así, estos verdaderos “pulmones verdes” tienen muchas ventajas; pero, a pesar de existir parques urbanos en Chile desde mediados del siglo XIX, solo a contar del año 2021 se tiene una Política Nacional de Parques Urbanos.

Esta política los define como espacios libres de uso público, ubicados dentro de los límites urbanos, con una superficie mínima de 2 hectáreas y una cobertura vegetal predominante, que pueden estar eventualmente dotados de instalaciones para el desarrollo de actividades de recreación, deporte, cultura u otras, y que otorgan beneficios ambientales y sociales en el territorio donde se emplazan, generando valores paisajísticos y ambientales a una escala mayor, cuya área de influencia puede abarcar todo el territorio de la ciudad.

Esta política entrega criterios y orientaciones generales parapromover el desarrollo de parques urbanos sostenibles, que se constituyan como uno de los componentes estructurantes de la planificación de las ciudades y territorios, que promuevan la equidad territorial y la integración social, fortalezcan la pertinencia e identidad cultural y territorial, aporten al bienestar, la salud y la seguridad de las personas, contribuyan al desarrollo local y al equilibrio ambiental, a través de una gestión integrada, descentralizada y participativa.

No cabe dudas que esta Política significa un importante avance en la materia. Sin embargo, estos parques carecen de una especial consagración en nuestra legislación. Lamentablemente en nuestro país, lo que no se regula, no se fiscaliza y si no se fiscaliza, no se cumple. Prueba de ello es que los árboles se caen cada año durante el invierno sin existir un proceso de identificación preventivo de aquellos peligrosos.

Entonces, para un adecuado potenciamiento de este tipo de políticas, debiese al menos estar contenida y contemplada una definición de parques urbanos dentro de nuestra legislación de urbanismo y construcciones así como de la relevancia de las especies arbóreas, para que en forma real y eficiente sean aplicados todos los criterios y orientaciones contenidos en esta Política, en el desarrollo urbano de las ciudades de Chile para este siglo y los venideros.

junio 16, 2025 8:25 pm
Lunes 16 de Junio de 2025
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