A pesar de su potencial destructivo, hasta ahora no había sido considerada de manera integral en el desarrollo urbano de la región.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
En un hito histórico para el urbanismo de Santiago, el nuevo Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) prohibirá la construcción sobre la Falla de San Ramón, una medida que busca mitigar los riesgos sísmicos en una de las zonas más densamente pobladas del país.
Esta decisión, anunciada por el gobernador de la región Metropolitana, Claudio Orrego, marca la primera vez que se implementa una prohibición de este tipo en Chile, subrayando la creciente preocupación por la actividad sísmica en la capital.
La Falla de San Ramón, una estructura geológica activa que se extiende por más de 50 kilómetros a lo largo de la precordillera andina, atraviesa comunas como Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto, zonas densamente habitadas y en continuo crecimiento.
A pesar de su potencial destructivo, hasta ahora no había sido considerada de manera integral en el desarrollo urbano de la región.
Claudio Orrego destacó la necesidad de una reforma integral del PRMS, señalando que, aunque este ha sido modificado más de 100 veces en los últimos 30 años, las actualizaciones han sido parciales e inconexas. Con este nuevo enfoque, se pretende no solo actualizar el plan regulador, sino también incorporar una planificación más rigurosa y consciente del riesgo sísmico, en coordinación con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
El gobernador subrayó la importancia de esta medida en el marco de la nueva Estrategia Regional de Desarrollo (ERD), la cual busca una mayor protección para los habitantes de la región frente a los posibles efectos de un sismo generado por la falla.
“Es momento de hacer una reforma integral del PRMS”, afirmó Orrego, quien enfatizó que este proyecto será financiado por el Gobierno Regional de Santiago, en una demostración de las atribuciones que poseen los gobiernos regionales para tomar decisiones clave en su territorio.
Este cambio no solo responde a un necesario ajuste normativo, sino también a una mayor conciencia sobre la peligrosidad de la Falla de San Ramón, cuya actividad podría desencadenar terremotos significativos.
La comunidad científica ha advertido repetidamente sobre los riesgos de construir sobre esta falla, y la prohibición marca un avance crucial en la gestión del riesgo sísmico en una ciudad que ha crecido rápidamente, a menudo sin considerar plenamente estos peligros.
La implementación de este nuevo plan regulador es un paso decisivo hacia la protección de Santiago frente a los desastres naturales, reforzando la idea de que el desarrollo urbano debe estar alineado con la seguridad y la sostenibilidad.
Con este enfoque, se busca no solo salvaguardar a las actuales generaciones, sino también preparar a la ciudad para enfrentar los desafíos que el futuro pueda deparar.