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julio 31, 2025 8:23 am

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Casas de lujo: Lo Barnechea lidera la oferta y las ventas en la Región Metropolitana

Colliers reveló que Lo Barnechea concentra el 60% de la oferta y ventas de casas sobre las 20 mil UF en la Región Metropolitana. Colina y Las Condes muestran alzas en precios promedio, mientras crece la demanda por viviendas con mayores superficies, mejores terminaciones y cocinas más equipadas.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

El mercado de casas de lujo en Santiago presenta una marcada concentración geográfica. Según el último informe de la consultora Colliers, actualmente existen cerca de 190 viviendas nuevas en venta por sobre las 20 mil UF en la Región Metropolitana, de las cuales un 60% se ubica en la comuna de Lo Barnechea y un 36% en Las Condes. Otras zonas como La Reina, Vitacura y Colina tienen una participación conjunta de apenas un 5%.

La investigación también detectó un leve aumento en la velocidad de venta promedio por proyecto durante el primer trimestre de 2025, pasando de 0,32 a 0,39 unidades mensuales en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, los expertos advierten que esta cifra sigue estando lejos de los niveles registrados antes de la pandemia.

“Pese a este incremento, las ventas entre un año y otro se mantienen en niveles similares, muy por debajo de la velocidad observada en periodos prepandemia”, explicó Matías Bucci, subgerente del Área de Estudios de Colliers.

En cuanto a las ventas efectivas, Lo Barnechea lidera con poco más del 60%, manteniendo una correlación directa con su participación en la oferta. No obstante, destaca el dinamismo creciente de Colina, que ya representa aproximadamente el 20% del total de ventas en este segmento de alto valor.

Precios estables y nuevas exigencias del comprador

El valor promedio de estas propiedades de lujo se ha mantenido relativamente estable, en torno a las 29.500 UF. No obstante, algunas comunas registraron incrementos relevantes: Colina elevó su ticket promedio en un 7% y Las Condes en un 6%.

El perfil de estas viviendas incluye superficies útiles iguales o superiores a los 220 metros cuadrados, diseño moderno, terminaciones de primer nivel, espacios amplios e iluminados, alturas piso-cielo sobre el promedio —muchas veces con doble altura—, y una creciente preocupación por el equipamiento de la cocina, un espacio que ha ganado protagonismo en la vida cotidiana familiar.

Desde Colliers destacan que este tipo de demanda ha impulsado una mejora en los estándares de construcción y diseño, con énfasis en tecnología, eficiencia y confort, elementos clave para competir en un segmento cada vez más exigente.

Actualización del PRMS: Una oportunidad para superar la crisis inmobiliaria

Por: Sergio Correa Espinosa, Gerente Inmobiliario de Colliers

Santiago ha improvisado su crecimiento por demasiado tiempo. Las decisiones estratégicas sobre cómo expandir la ciudad o densificar sus zonas consolidadas a menudo se han reemplazado por ajustes parciales, presiones locales o restricciones políticas. En este contexto, la decisión del Gobierno Regional Metropolitano de actualizar el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) es una noticia esperada y necesaria, pero también una advertencia: no podemos desaprovechar esta oportunidad para planificar con visión de futuro.

El PRMS actual, aprobado en 1994, permitía un crecimiento extenso. Desde entonces, se ha modificado 14 veces; la más relevante fue la Modificación N°100 de 2013, que añadió más de 10.000 hectáreas urbanas. Sin embargo, las condiciones de desarrollo tan exigentes han dejado gran parte de estas hectáreas sin utilizar. Mientras tanto, la Región Metropolitana ha crecido a más de 8 millones de personas, y la presión por soluciones habitacionales es crítica.

El déficit habitacional en Chile supera las 700.000 viviendas, con más de 280.000 en la Región Metropolitana. Esta escasez ha disparado el precio del suelo y los arriendos, duplicando los campamentos en cinco años. Según TECHO-Chile, hay más de 1.300 campamentos con 110.000 familias sin acceso a servicios básicos, muchas en zonas de riesgo. Esto no es una solución, sino un reflejo del fracaso del sistema.

Paralelamente, la aprobación de proyectos habitacionales sufre una crisis de eficiencia. Un permiso de edificación puede tardar entre 12 y 24 meses, extendiéndose por informes sectoriales y observaciones municipales. A esto se suma la lentitud en la actualización de los instrumentos de planificación: 28 de las 34 comunas del Gran Santiago tienen sus Planes Reguladores Comunales (PRC) vencidos o desactualizados, algunos con más de una década de antigüedad.

La desconexión entre el PRMS y los PRC es un desafío mayor. Si el PRMS define criterios metropolitanos, pero los PRC no se alinean, el resultado es un mosaico normativo incoherente. La actualización del PRMS debe ir acompañada de una estrategia de coordinación con los municipios para armonizar los planes comunales en plazos concretos, con apoyo técnico y supervisión regional.

Este desalineamiento también subutiliza la inversión pública en infraestructura. El Estado ha invertido en Metro, hospitales, autopistas y parques, pero muchos de estos proyectos están rodeados de zonas con regulaciones obsoletas o restricciones de densidad. Esto desaprovecha una inversión multimillonaria que podría revitalizar barrios y acercar servicios esenciales a más familias.

Todo esto crea un círculo vicioso. La falta de suelo urbano bien ubicado empuja a las familias a la periferia o la informalidad. Las normas desactualizadas restringen el desarrollo de proyectos en zonas consolidadas, y la permisología, con su exceso de trámites y falta de plazos perentorios, desincentiva la inversión privada, encarece los proyectos y retrasa la entrega de viviendas. El resultado es que se construye menos, más lento y más caro.

La actualización del PRMS es una oportunidad para romper este círculo. No basta con ampliar límites urbanos o corregir zonificaciones; se requiere una planificación moderna que articule desarrollo con acceso a servicios, conectividad, sostenibilidad ambiental y equidad territorial. Es crucial revisar la estructura normativa de las zonas condicionadas, eliminar trabas y establecer reglas claras para nuevos barrios. Si el estándar actual demora los proyectos cinco años, el estándar está mal diseñado.

Santiago no necesita crecer más, sino crecer mejor. Para eso, la actualización del PRMS debe ser una política de Estado, no una bandera de una autoridad circunstancial. El urbanismo es una herramienta para ordenar el desarrollo, corregir desigualdades, generar oportunidades y responder con urgencia al drama habitacional.

Si el nuevo PRMS es eficaz, transparente y coordinado, avanzaremos hacia una ciudad más justa, integrada y resiliente, activando un potente motor para la inversión, el empleo y el crecimiento económico sostenible de la región.

Un Gobierno, Justicia territorial e infraestructura sobre rieles

Durante décadas, vivir en el extremo sur o poniente de Santiago fue sinónimo de exclusión. Para muchas comunas, el desarrollo era una promesa que llegaba en micro amarilla, tarde y repleta.

Mientras algunas zonas de la ciudad acumulaban parques, hospitales y líneas de Metro, otras aprendieron a resistir con lo justo, sabiendo que el tiempo —ese derecho negado— no jugaba a su favor.

Por eso, el anuncio del Presidente Gabriel Boric sobre la extensión del Metro a comunas históricamente postergadas como La Pintana, San Bernardo y Lo Espejo, no es solo una noticia de infraestructura: es una señal de justicia territorial.

En palabras simples, justicia territorial significa acortar las distancias que no se miden en kilómetros, sino en oportunidades. Es dar dignidad a la movilidad, al acceso equitativo a servicios y al derecho a vivir en un barrio donde el futuro también tenga estación.

Que el Metro llegue a La Pintana, por ejemplo, no sólo conectará a sus vecinos con el resto de la ciudad; conectará también sus trayectorias de vida con posibilidades reales de trabajo, estudio y cultura, sin depender de viajes interminables.

La desigualdad en Chile no se dibuja solo con gráficos de ingresos, sino también con mapas. Hay comunas que han sido olvidadas por décadas, y ese olvido se expresa en calles de tierra, en ausencia de centros de salud especializados, en tiempos de traslado que duplican los de otras zonas. Por eso, decisiones como estas no pueden verse como obras aisladas, sino como parte de una política pública consciente de que el desarrollo debe ser equitativo o simplemente no es desarrollo.

Por supuesto, no basta con anunciar estaciones. La justicia territorial se construye con planificación participativa, inversión sostenida y diálogo con las comunidades. Las nuevas líneas del Metro deben ir acompañadas de planes que fortalezcan el comercio local, la seguridad barrial, el acceso a la cultura y la protección del entorno urbano. No se trata solo de mover personas, sino de transformar vidas.

El desafío ahora es no perder el impulso. Que esta promesa sobre rieles se concrete, que las máquinas avancen, que las estaciones se levanten. Y que cuando se inauguren, no sean solo obras de concreto, sino símbolos de una ciudad que comienza, por fin, a reconocerse en toda su diversidad.

Porque una ciudad justa no es aquella donde todos tienen lo mismo, sino aquella donde nadie se queda atrás.

Subsidio al Dividendo reactiva demanda en el sur del país

La iniciativa, fruto de un acuerdo entre el Gobierno y la Cámara Chilena de la Construcción, contempla una rebaja en la tasa de interés y una garantía estatal, beneficiando especialmente a las familias de clase media y al mercado inmobiliario regional.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

Luego de cuatro meses de tramitación legislativa, el Gobierno de Chile y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) anunciaron este lunes la entrada en vigencia del nuevo Subsidio al Dividendo, una herramienta diseñada para facilitar el acceso a la vivienda mediante condiciones más favorables de financiamiento para hogares de clase media.

La medida, que forma parte de un esfuerzo público-privado, permite a los compradores acceder a una rebaja de hasta 60 puntos base (0,6%) en la tasa de interés para créditos hipotecarios destinados a la adquisición de viviendas nuevas cuyo valor no supere las 4.000 UF. A ello se suma una garantía estatal que cubre hasta el 60% del valor de la propiedad, lo que mejora el perfil de riesgo del solicitante frente a las entidades financieras.

De acuerdo con datos entregados por la CChC, el stock de viviendas sin vender alcanzó las 106.000 unidades a nivel nacional. En ese contexto, se espera que la medida contribuya no solo a facilitar el acceso a la vivienda, sino también a reducir el inventario acumulado y dinamizar el sector.

Alcance retroactivo y potencial regional

El subsidio tiene carácter retroactivo: podrán acceder a él todas las personas que hayan firmado una promesa de compraventa a contar del 1 de enero de 2025. Según cifras de la CChC, ya existen más de 7.000 promesas de compraventa que se verán beneficiadas por este nuevo instrumento.

Para Enrique Loeser, gerente comercial de Inmobiliaria Altas Cumbres —empresa con más de tres décadas de presencia en el sur del país—, esta política llega en un momento clave: “Esperamos que todas las personas que postergaron su decisión de compra por las condiciones de financiamiento vuelvan a evaluar su situación, ya que el subsidio mejora considerablemente la carga mensual del dividendo”, señaló.

Sergio Novoa, gerente general de BMI Servicios Inmobiliarios, coincide en que la medida tendrá un efecto directo en regiones: “Existe una amplia oferta de viviendas bajo las 4.000 UF en ciudades como Temuco, Valdivia, Puerto Montt u Osorno. Esto no solo abre oportunidades para las familias, sino que también incentiva la inversión, acelera la rotación del stock y contribuye a la reactivación del empleo en la construcción”, indicó.

Oferta disponible y oportunidades concretas

Según cifras de la consultora BMI, en las principales ciudades del sur existen actualmente 4.833 departamentos y 1.108 casas en oferta dentro del rango de precio establecido por el subsidio. En el caso de Puerto Montt, por ejemplo, el 37% de los departamentos disponibles —1.405 unidades— calzan con los requisitos. En cuanto a las casas, el 38% de la oferta, es decir, 451 unidades, también cumple con el límite de 4.000 UF.

Altas Cumbres, por su parte, informó que dispone de unidades con entrega inmediata en su proyecto Altavista, ubicado en las cercanías del Hospital de Puerto Montt, todas bajo el umbral de precio definido. “Este tipo de iniciativas, además de responder a una necesidad habitacional real, generan un impacto positivo en la economía local, activando rubros asociados y generando empleo”, concluyó Loeser.

Con Dorothy Pérez, como contralora, habría exigido que un proyecto inmobiliario en Vitacura respetara la ley    

Por: Patricio Herman Pacheco, Fundación Defendamos la ciudad

Con motivo de la fiscalización realizada por la Contraloría, bajo la mano conductora de Dorothy Pérez, se han podido conocer las trampas de las licencias médicas utilizadas por miles de funcionarios públicos, razón por la cual, para demostrar que años atrás no existía un riguroso apego a la ley en dicha Contraloría, a continuación describimos un caso muy indecoroso que goza de absoluta impunidad, generado en la dictadura cívico-militar y materializado en plena democracia dentro de la comuna de Vitacura.   

Pues bien, en el año 1988, después del plebiscito que perdió el gobierno militar, se desafectaron 5 hectáreas fiscales del área verde riberana al río Mapocho, sector oriente de Santiago, que formaban parte del proyectado Parque Las Américas y para ello se publicó en el Diario Oficial un Plan Seccional, con normas urbanísticas acotadas que admitían solo la construcción de viviendas de hasta 2 pisos y en ciertos sectores minoritarios edificios con alturas máximas de 4 pisos.

Antes del término de la dictadura, el Ministerio de Bienes Nacionales, le vendió directamente a la recién conformada “Inmobiliaria Parque Las Américas Limitada” ese extenso predio, ahora en calidad de urbano, denominado Lote 2-C, localizado en aquella época en la comuna de Las Condes. Esa operación pública-privada fue autorizada por el decreto supremo N° 886 del 14 de noviembre de 1989, “por orden del general de Ejército y presidente de la República Augusto Pinochet Ugarte”. Como el negocio entre las partes ya estaba acordado, en dicho decreto se estipuló que la empresa compradora se debía regir por el aludido Plan Seccional Parque Las Américas para construir su proyecto inmobiliario.

Dicho terreno de 50.327 m2 está ubicado, según la transferencia, entre las calles Isabel Montt, Narciso Goycolea, sitio municipal y avenida Parque Las Américas, territorio que actualmente forma parte de la comuna de Vitacura y el 30 de enero de 1990, pocos días antes de que asumiera el gobierno democrático de Patricio Aylwin, se firma la escritura de compraventa entre el Fisco de Chile y la señalada inmobiliaria en la notaría de Raúl Undurraga, fijándose un precio de UF 81.566 que la compradora paga al contado y enseguida se inscribió en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, dejándose establecido que el amplio terreno está exento de pagar el impuesto territorial (sic).

La Inmobiliaria Parque Las Américas posteriormente vende el terreno al Fondo de Inversión Cimenta que, en el año 1998, obtiene de parte de la Dirección de Obras Municipales (DOM) de Vitacura el permiso de edificación N° 202 por 18 torres habitacionales de entre 13 y 25 pisos de altura, por lo tanto, vulnerándose abiertamente las restringidas normas urbanísticas del mencionado Plan Seccional. Los vecinos perjudicados por las ilegales características del permiso de edificación, tomaron contacto con este columnista, con el entonces diputado y arquitecto Patricio Hales y con la arquitecta Israela Rosenblum para que analizáramos la situación. 

Llegamos a la conclusión que ese acto administrativo municipal era contrario a derecho y por ello se hicieron las denuncias de rigor ante la Seremi de Vivienda y Urbanismo, instancia del gobierno central quien, confirmando la ilegalidad, emitió un oficio dirigido al DOM de Vitacura, expresándole que “procediera en consecuencia” y como el funcionario municipal no quiso entender aquello, se posibilitó que la inmobiliaria iniciara las obras de los mega edificios. 

Ante esta desobediencia, tal Seremi del Minvu, en su oficio N° 359 del año 2000, le solicita a la Contraloría que disponga la sustanciación de un sumario administrativo con el objeto de que se investigue la situación derivada del otorgamiento, por parte de la DOM de Vitacura, del permiso de edificación N° 202, de 1998 y en paralelo los vecinos aledaños al proyecto llevaron el caso a la misma Contraloría, cuyo titular era don Arturo Aylwin, a quien ya le había solicitado una entrevista un lobbysta para «analizar la controversia», pero como dicho contralor conocía muy bien las presiones que ejercen los lobbystas, sanamente prefirió no inmiscuirse en la situación, pidiéndole al subcontralor Jorge Reyes que resolviera la materia.

Pues bien, los funcionarios de la Contraloría que investigaron la denuncia detectaron 5 causales de ilegalidades, pero la segunda autoridad del ente fiscalizador, Jorge Reyes, en su dictamen N° 44.492 del 20 de noviembre de 2.000, optó por ignorar las ilegalidades cometidas porque, según él, aplicar la ley “podría comprometer la responsabilidad civil extracontractual del órgano administrativo que emitió el acto irregular, pues dicho actuar por ser viciado y ocasionar un daño, configuraría una especie de mal funcionamiento del servicio que haría procedente el pago de una indemnización”. 

Debido al tipo de respuesta contenida en dicho dictamen, 41 vecinos de la comuna de Vitacura, quienes se sentían afectados en sus derechos urbanos por la irrupción de esas invasivas 18 torres habitacionales, interpusieron con los abogados Pedro Bosch y Cristián Bulnes, 2 recursos de protección en contra del subcontralor Reyes, porque éste actuando como Contralor General subrogante, en su dictamen N° 44.492 del año 2.000, se negó a anular o revocar el permiso de edificación N° 202/98.

Transcurrió el tiempo y el 13 de abril de 2007, cuando la mayoría de los edificios ilegales estaban construidos, la Corte de Apelaciones de Santiago, le da la razón al subcontralor, manifestando entre otras cosas, que no siempre las infracciones al principio de juridicidad acarrean la nulidad del acto, concluyendo que las “irregularidades”, sin reconocer que eran graves ilegalidades, solo pueden ser investigadas y determinadas en un procedimiento sumarial y de esta manera, desestimó los recursos de los vecinos.

La Corte Suprema validó esa sentencia, considerando la «buena fe» del privado, y por ende también el dictamen N° 44.492 del año 2.000 de la Contraloría, motivo por el cual recomendamos a los lectores interesados que revisen este inicuo dictamen en la web del ente fiscalizador. Copia del mismo se lo entregamos, años después, en una reunión sostenida con el contralor Ramiro Mendoza, a quien le reiteramos que el aludido Plan Seccional permitía para el terreno desafectado solamente la construcción de casas de 2 pisos y algunos edificios de 4 pisos y que era inaceptable que el permiso cursado por el insubordinado DOM de Vitacura considerara torres habitacionales de entre 13, 15, 16 y 25 pisos. El compungido Mendoza, sin tener explicación alguna, nos contestó que el caso estaba prescrito. 

En conclusión, por lo relatado, estamos convencidos de que si Dorothy Pérez hubiera ejercido en aquella época el cargo de contralora, los avispados ejecutivos del Fondo de Inversión Cimenta, en su amplio predio urbano de Vitacura, solo habrían construido los proyectos permitidos en el Plan Seccional, luego respetándose las densidades bajas y medias del mismo. De ello se desprende que, si el Estado desea evitar la repetición de este tipo de hechos, tendrá que entregarle mayores recursos a la Contraloría para aumentar su fuerza de trabajo.

¿Cónoce el nuevo perfil de inversionista inmobiliario?

Ante un escenario de inflación persistente, mayores exigencias bancarias y cambios estructurales en el mercado, se consolida un tipo de inversionista más informado, activo y dispuesto a replantear la manera de abordar las inversiones inmobiliarias.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

La inversión en bienes raíces ha experimentado una transformación significativa en Chile. El contexto económico actual —marcado por tasas de interés elevadas y restricciones más severas para el acceso al crédito— ha dejado atrás el modelo tradicional que aseguraba que un “departamento se paga solo”.

Sin embargo, lejos de provocar un retroceso, estas condiciones han dado paso al surgimiento de un nuevo tipo de inversionista, más consciente de los riesgos y más enfocado en la gestión financiera.

“Hoy, quienes desean obtener buenos resultados en el sector inmobiliario deben comprender que ya no basta con adquirir una propiedad. Es fundamental analizar cómo estructurar la inversión para maximizar la rentabilidad y proteger el capital”, afirma Rodrigo Barrientos, fundador de Gen Proactivo, comunidad que asesora a multi-inversionistas y profesionales de altos ingresos que buscan consolidar su patrimonio a través del rubro inmobiliario.

Desde su perspectiva, la clave está en aplicar una mirada estratégica y no lineal: “Hay oportunidades que a simple vista podrían parecer poco atractivas, especialmente cuando el arriendo no cubre el dividendo. Pero con un análisis riguroso y bajo ciertas condiciones, pueden generar rentabilidades reales en el mediano y largo plazo”, sostiene.

Modelo de multi-inversión y estrategias financieras

Una de las principales innovaciones impulsadas por Gen Proactivo es el modelo de multi-inversión, que permite a sus clientes acceder a un número significativamente mayor de propiedades del que podrían alcanzar sin asesoría especializada.

Esta metodología se basa en el diseño de estrategias personalizadas, el uso eficiente del financiamiento y un acompañamiento permanente durante todo el proceso.

Asimismo, se ha abierto espacio para nuevos formatos de negocio, como la renta corta. “Con una inversión inicial cercana a los $15 millones, es posible adquirir dos departamentos amoblados en un plazo de 90 días y generar ingresos mensuales cercanos al millón de pesos por unidad mediante plataformas como Airbnb”, explica Barrientos.

En su caso particular, afirma haber consolidado un portafolio de 17 propiedades, todas generando flujos positivos. “Sin una estrategia clara de apalancamiento mediante crédito, difícilmente habría superado las dos unidades. El endeudamiento, bien gestionado, puede ser un catalizador de crecimiento”, agrega.

El nuevo objetivo: independencia financiera

Más que acumular propiedades, este nuevo perfil de inversionista busca independencia financiera, diversificación patrimonial y planificación de largo plazo. No se trata de esperar que el mercado entregue resultados, sino de construirlos activamente a través de decisiones informadas.

“La inversión inmobiliaria, hoy, exige una mentalidad empresarial. El inversionista debe asumir un rol protagónico, pensar en términos de flujo de caja, evaluar escenarios y anticipar ciclos”, señala Barrientos. Para ello, agrega, se requiere contar con un ahorro para el pie, acceso a crédito y, sobre todo, apertura a nuevas formas de pensar el negocio inmobiliario.

“La fórmula no es lanzarse sin planificación, pero sí dejar atrás paradigmas antiguos. Hoy, quienes se atreven a mirar más allá del modelo tradicional, tienen mejores herramientas para construir una jubilación tranquila y un patrimonio sólido”, concluye.

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