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PRONTO

Esteban Jara, subgerente de Datos y Estudios Inmobiliarios de Transsa: «La UF sigue subiendo, pero los sueldos no»

Por estos días, quienes arriendan o pagan dividendos lo sienten en carne propia: la UF continúa su ascenso, incluso cuando la inflación parece haberse moderado.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

Esteban Jara, subgerente de Datos y Estudios Inmobiliarios de Transsa, pone el foco en una de las grandes paradojas del mercado inmobiliario chileno 2025: los precios no bajan al ritmo que suben los sueldos, y eso genera un desacople estructural que impide a muchas familias acceder a una vivienda.

“La UF fue creada para protegernos de la inflación, pero en el contexto actual termina siendo un arma de doble filo para quienes deben pagar arriendo o dividendo mes a mes. Aunque el IPC ha estado más contenido este año, la UF sigue reflejando el alza acumulada post pandemia. El problema es que los salarios reales no han seguido el mismo ritmo de crecimiento”, señala Jara.

El ejecutivo advierte que este desfase se agudiza con otro fenómeno: la aparente baja en las tasas hipotecarias. Si bien han disminuido, no ha sido suficiente para aliviar el peso del dividendo, sobre todo cuando las exigencias de la banca siguen siendo altas y el precio de las viviendas continúa elevado.

“Las tasas bajaron, sí, pero eso no alcanza. El dividendo que resulta sigue siendo alto para muchas familias. Además, la banca hoy es mucho más estricta en la aprobación de los créditos y eso deja fuera a un segmento amplio que quiere, pero no puede”, explica.

Desde Transsa observan un mercado en proceso de ajuste, en el que conviven proyectos inmobiliarios con entrega inmediata sin compradores, y una demanda latente de personas que no logran cumplir los requisitos para comprar.

“Estamos frente a un reacomodo estructural. No hay una burbuja clásica, pero tampoco una reactivación sostenida. Lo que vemos son señales puntuales, pequeños ajustes que podrían abrir paso a una recuperación gradual, pero aún distante de ser masiva”, comenta.

Ante este panorama, Jara propone avanzar hacia una política habitacional integral, con tres ejes concretos: acceso, inversión y regulación del arriendo.

“El primer foco es el acceso al financiamiento. Necesitamos esquemas más inclusivos, donde el Estado garantice parte de los créditos o se flexibilicen algunos criterios para que más personas puedan cumplir con las exigencias del sistema. En segundo lugar está la inversión: hay que facilitarle el camino a los desarrolladores. Menos trabas en la permisología y estabilidad normativa para incentivar la construcción en zonas de alta demanda. Eso no solo activa el mercado, sino también el empleo y los ingresos de las familias”, afirma.

Finalmente, destaca el arriendo como un terreno que requiere atención urgente: “El arriendo ha crecido con fuerza en las zonas céntricas, porque para muchos es la única vía de acceso a una vivienda. Pero si no se regulan los precios, terminaremos con un problema mayor. Se necesitan políticas claras desde ya para evitar que esto se descontrole”.

Subsidio al Dividendo: no es suficiente

Por Jacqueline Oportu, Gerente de Bancos de Activo Más Inversiones.

La reciente aprobación del Subsidio al Dividendo por parte del Congreso ha generado expectativas en diversos sectores. Personas que desean comprar una vivienda para vivir, familias en búsqueda de estabilidad e inversionistas atentos a oportunidades en un mercado que ha estado tensionado por las altas tasas, observan con atención los efectos que esta medida podría generar en el corto y mediano plazo.

La inédita política, impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, busca reactivar la compra de viviendas nuevas. El subsidio, que consiste en una rebaja de 0,6 puntos porcentuales en la tasa de interés hipotecaria, va dirigido a personas naturales que compren viviendas nuevas de hasta 4.000 UF, mediante un crédito hipotecario. Sencillo de entender.

Desde nuestra vereda, valoramos esta señal como un paso positivo, ya que baja el costo de financiamiento, mejora la accesibilidad y puede contribuir a reducir el exceso de stock de viviendas nuevas que afecta al mercado.

Para quienes están buscando un hogar, esta situación puede marcar una diferencia real en su capacidad de compra, especialmente en un momento donde el acceso a crédito ha sido una de las mayores barreras. Sin embargo, también debemos ser claros: esta medida es transitoria, con cupos limitados y no soluciona el tema de fondo. 

En primer lugar, se trata de una solución provisional y con foco restringido, dado que aplica solamente a viviendas nuevas y personas naturales, dejando fuera a inversionistas con estructuras jurídicas, a la vivienda usada —clave en muchas comunas del país— y a modelos de compra más flexibles o compartidos que están ganando espacio.

Bajo este prisma, lamentablemente no aborda el problema final, que es la necesidad de una política habitacional moderna, integral y sostenida en el tiempo, que articule inversión privada, crédito accesible y planificación urbana eficiente.

Sin ir más lejos y ejemplificando con el caso de los inversionistas —nuestro foco—, su rol ha sido históricamente clave en ampliar la oferta de arriendo, especialmente en zonas metropolitanas, por ende, vemos como un paso clave repensar también el cómo incluir a este perfil dentro de una estrategia país de vivienda y desarrollo urbano, con productos financieros específicos, reglas claras y estímulos adecuados para todos.

Si bien esta política es una buena noticia, es insuficiente. Aplaudimos la intención, pero llamamos a que sea el punto de partida para una conversación más profunda, la cual reconozca distintas motivaciones al comprar una vivienda —vivir, arrendar, invertir o proteger patrimonio— y que proponga un ecosistema que dé espacio y certezas al total de sus actores.

Expo Vivienda: más de 25 años conectando a los chilenos con el sueño de la casa propia

Desde su creación a fines de los años noventa, la feria ha acompañado los vaivenes del mercado inmobiliario chileno, reuniendo a miles de familias, empresas y actores clave en torno al acceso a la vivienda.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

En un país donde el acceso a la vivienda ha sido históricamente uno de los desafíos más urgentes y sensibles, la Expo Vivienda ha logrado consolidarse como una plataforma clave para acercar soluciones concretas a miles de personas. Con más de 25 ediciones realizadas, esta feria ha sido testigo y reflejo de las transformaciones sociales, económicas y urbanas que ha vivido Chile.

Desde su primera edición a fines de los años noventa, organizada por FISA —una de las principales empresas de ferias y eventos del país—, la Expo Vivienda se planteó como una instancia para democratizar la información y facilitar el contacto entre potenciales compradores y las diversas ofertas del mercado inmobiliario. A lo largo del tiempo, el evento ha reunido a constructoras, inmobiliarias, bancos, cooperativas, cajas de compensación y servicios complementarios como decoración, seguridad, domótica y telecomunicaciones.

Un espacio de encuentro transversal

Uno de los grandes méritos de la feria ha sido su capacidad de atraer a públicos diversos: desde jóvenes profesionales que buscan su primera vivienda, hasta familias que buscan invertir o cambiarse a una mejor ubicación, sin olvidar a adultos mayores interesados en opciones más accesibles o cercanas a redes de cuidado. También ha sido un punto de referencia para inversionistas y corredores que analizan oportunidades de negocio.

La sede tradicional de la feria ha sido la Estación Mapocho, lugar icónico del centro de Santiago, que en más de una ocasión ha albergado a decenas de miles de asistentes en un solo fin de semana. Sin embargo, en años recientes también se ha trasladado a otros recintos como Espacio Riesco, demostrando su capacidad de adaptación y crecimiento.

Más que una feria de propiedades

Expo Vivienda no solo ha sido una vitrina de proyectos inmobiliarios, sino también un espacio de orientación y educación financiera. Durante cada edición, se ofrecen charlas, asesorías personalizadas, simuladores de créditos hipotecarios, orientación sobre subsidios estatales, y, más recientemente, contenidos digitales y redes sociales para llegar a un público más amplio.

En sus más de dos décadas de existencia, ha sido parte de momentos clave como los subsidios habitacionales de integración social, la expansión de la vivienda en regiones, los ajustes a la normativa urbana y, por supuesto, la profunda transformación que dejó la pandemia de COVID-19 en los hábitos residenciales.

Edición 2025: el regreso a Estación Mapocho y el debut de embajadores

Este año, la vigésima séptima edición de la feria marcará un hito: el regreso a Estación Mapocho entre el 29 y el 31 de agosto, con la incorporación inédita de tres embajadores que representan diferentes perspectivas del ecosistema inmobiliario: la periodista Paola Castelli, el influencer financiero Francisco Ackermann y el corredor digital Gabriel López.

Según María de los Ángeles Troncoso, gerenta de Expo Vivienda, esta incorporación busca “acercar la vivienda y la inversión a públicos cada vez más diversos”, en un contexto donde el acceso a la casa propia sigue siendo una aspiración mayoritaria, pero también una tarea desafiante.

Más allá de la coyuntura, una feria con historia

En tiempos de inflación, cambios en las tasas hipotecarias y transformaciones en la manera de habitar, Expo Vivienda sigue siendo un espacio clave para el encuentro entre quienes ofrecen, regulan y buscan soluciones habitacionales. Una feria que, más que vender casas o departamentos, ha buscado —desde sus inicios— acercar el derecho a la vivienda a la realidad cotidiana de las personas.

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