El resultado de las primarias del 29 de junio de 2025 marcó un hito histórico: Jeannette Jara, militante del Partido Comunista y exministra del Trabajo, se convirtió en la primera candidata comunista en liderar una lista oficialista, obteniendo un 60 % de los votos, en desmedro de la izquierda tradicional. Esta victoria no es anecdótica: refleja una ciudadanía que exige más acción y resultados concretos.
Jara llega al comando con una hoja de ruta clara: propone construir 360 000 viviendas, generar subsidios habitacionales para jóvenes entre 25 y 35 años y actuar con urgencia frente al déficit habitacional y la realidad de campamentos. No es un discurso vacío: se trata de políticas directas que impactan la vida cotidiana de miles de familias.
Este enfoque social punzante —junto a su pasado en la elaboración de la Ley de las 40 horas y su postura moderada respecto a regímenes autoritarios— proyecta a Jara como una figura que busca articular reformas profundas con gobernabilidad.
La irrupción de Jara pone la vivienda en el centro del debate. Quienes la enfrentan en noviembre —tanto de derecha como de centro— no podrán evadir este tema.
La derecha (como Kast y Matthei) deberá ofrecer soluciones tangibles en vivienda o perder autoridad frente a una demanda social legítima. Por su parte la centroizquierda estará bajo presión para redefinir su propuesta: ya no basta con moderación; debe volver a conectar con urgencias como la vivienda y la equidad urbana.
El electorado joven y las familias emergentes se convierten en un actor decisivo: si Jara logra movilizar con sus subsidios para 25‑35 años, puede inclinar una elección que parece encaminarse hacia una segunda vuelta polarizada
Si bien la victoria comunista representa una anomalía en primarias (tan baja participación como cuestionable legitimidad), es un llamado de atención: las mayorías exigen resultados concretos y no ideologías abstractas . El desafío de la centroizquierda será reconectarse con demandas reales —vivienda digna, seguridad, equidad— sin perder consistencia ni drogarse de discurso reformista.
Jeannette Jara asume la candidatura con una apuesta clara: transformar la vivienda en un derecho efectivo, algo que ningún candidato puede ignorar sin perder credibilidad. En noviembre, la pelea no será solo entre ideologías, sino entre quienes ofrecen respuestas tangibles y quienes siguen postergando temas estructurales.
La izquierda tradicional tiene una oportunidad: recuperar conexión con las urgencias ciudadanas, mientras la derecha deberá demostrar si realmente tiene la capacidad de construir futuro urbano con inclusión.