En Apoquindo 3161, a pasos del metro El Golf, un inmueble en deterioro mantiene en suspenso la tercera torre corporativa del grupo financiero. Con más del 80% de las unidades en su poder, la compañía no ha logrado convencer a tres propietarios que denuncian abandono, hostigamiento y una baja sostenida en las ofertas de compra.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
En el corazón del barrio financiero de Santiago, donde las torres de oficinas se disputan cada metro cuadrado, un edificio envejecido resiste a la modernización. Desde la vereda sur de Apoquindo, frente al metro El Golf, la estructura de ocho pisos contrasta con los complejos corporativos de última generación que la rodean.
Hoy es conocido como “el edificio fantasma”: locales vacíos, fachadas con filtraciones, jardines descuidados y un ambiente de abandono que sorprende a transeúntes y vecinos.
Pero detrás de esa imagen hay una disputa que lleva más de una década. Vida Security, que tras su fusión con Bice busca consolidar su presencia en el distrito financiero más codiciado de la capital, necesita el 100% de la copropiedad para levantar su tercera torre corporativa en El Golf. Tiene ya poco más del 80%, pero tres propietarios se niegan a vender.
Estrategia de desgaste o simple abandono
Para quienes aún habitan en el inmueble, el deterioro no es casualidad. Denuncian que, al controlar la mayoría de la copropiedad, la empresa tiene influencia decisiva en la administración y, por lo tanto, en la falta de mantención.
“Estamos pagando gastos comunes que se duplicaron, pero sin que se hagan reparaciones. El edificio se cae a pedazos. Se siente como una estrategia de desgaste”, señala una residente, que prefiere resguardar su identidad.
Francisca Lizana, heredera de uno de los departamentos, añade: “En 2016 nos ofrecieron precios más altos que los que están sobre la mesa hoy. Ahora las ofertas bajaron, mientras la calidad de vida se deteriora”.
El resultado, según los vecinos, es un entorno cada vez más hostil: ascensores fuera de servicio durante meses, filtraciones que cruzan pisos completos, cortes de luz, plagas de palomas y accesos que se convierten en refugio de personas en situación de calle.
El valor del terreno y la lógica del mercado
En la industria inmobiliaria, el paño tiene un valor estratégico evidente. Está emplazado en uno de los pocos sitios disponibles en primera línea de Apoquindo, en pleno eje financiero de Las Condes, donde la escasez de suelo ha disparado los precios.
“Para un grupo financiero como Security, consolidar ese terreno significa un activo único. No se trata solo del edificio en sí, sino de su potencial de integración con las torres existentes”, explica un ejecutivo del rubro, que pide reserva.
No obstante, el mismo mercado reconoce la paradoja: mientras más se prolonga la negociación, mayor es el poder de quienes resisten. En la jerga inmobiliaria se habla del “premio de resistencia”, un sobreprecio que suele pagarse a los últimos propietarios para destrabar proyectos. Pero en este caso, los vecinos afirman que la tendencia ha sido inversa: las ofertas se redujeron con los años.
Un conflicto que trasciende el edificio
La disputa no solo afecta a los residentes. El mal estado del inmueble ha convertido la galería comercial en un espacio vacío que genera externalidades negativas en un barrio caracterizado por su alto estándar urbano.
Desde la municipalidad de Las Condes reconocen preocupación por la seguridad y limpieza del entorno, aunque la resolución del conflicto depende exclusivamente de la voluntad entre privados.
Por ahora, el proyecto de Vida Security sigue en pausa. La empresa declinó referirse al tema, limitándose a señalar que se trata de negociaciones privadas. Los vecinos, en tanto, aseguran que mantendrán la resistencia, aunque el desgaste se acumula tras años de incertidumbre.
“Esto no es solo un edificio viejo”, comenta uno de los copropietarios. “Es también la historia de personas que llevan décadas aquí y que se sienten arrinconadas frente a un gigante corporativo. El tiempo dirá quién se cansa primero”.