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Reinaldo Gleisner, vicepresidente Colliers: “Es urgente actualizar la normativa urbana vigente”

El ejecutivo plantea que en la actualidad, la ciudad diseñada para personas que ya no existen, no desean vivir de tal manera y buscan otro tipo de realidades.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

En Santiago, hay una ciudad que se diseñó para cuatro personas por hogar. Pero esa ciudad ya no existe. Según el último Censo, la capital chilena está habitada, en promedio, por 2,4 personas por vivienda.

En el caso del municipio de Santiago Centro, casi la mitad de los hogares (41%) son unipersonales. Es decir, gente que vive sola, que habita departamentos chicos, que no tiene hijos o que ya los vio partir. Esta transformación silenciosa, pero sostenida, ha ido modelando un nuevo paisaje urbano. Lo insólito es que la normativa que regula la forma en que construimos nuestras ciudades sigue atada a una demografía que ya no nos representa.

La advertencia la hace Colliers, una de las principales consultoras inmobiliarias del país. “La planificación urbana requiere de una urgente actualización para terminar con la brecha que mantiene con la realidad demográfica”, dice Reinaldo Gleisner, su vicepresidente.

A su juicio, el mercado inmobiliario hace rato viene adaptándose a las nuevas formas de habitar: viviendas más pequeñas, eficientes y funcionales. Sin embargo, las reglas del juego siguen considerando una densidad rígida —cuatro personas por hogar— que encarece los proyectos, traba el desarrollo y multiplica las barreras de entrada al acceso a la vivienda.

Gleisner es enfático: se puede vivir bien en 30 metros cuadrados si uno vive solo. O en 40 m² si se trata de una pareja. Incluso 50 metros bastan para un hogar de dos adultos que requieran dos habitaciones. Pero la normativa impide que esta lógica se masifique. ¿La razón?

Una visión urbanística anclada en el miedo al hacinamiento, al mal diseño y a la especulación. Temores comprensibles, pero mal abordados: en lugar de fiscalizar la calidad del diseño o promover espacios comunes funcionales, se prohíbe construir viviendas de menor superficie. Como si el tamaño fuera siempre el problema.

Y eso en un contexto crítico: con los costos de construcción por las nubes y tasas de interés aún en niveles históricos, reducir la superficie construida no es una estrategia de precarización, sino de eficiencia. Más aún si se considera que la ciudad ha hecho una inversión millonaria en transporte público que permitiría —como nunca antes— fomentar una densificación bien planificada. ¿Qué sentido tiene prohibir densificar donde hay metro, servicios y conectividad?

La respuesta, quizás, está en la ausencia de voluntad para asumir que el rol de las normas no debe ser dirigir cómo deben vivir las personas, sino ofrecer marcos flexibles y creativos para que ellas puedan elegir. La rigidez normativa no solo ralentiza la inversión: también nos condena a habitar una ciudad que ya no se parece a quienes la viven.

Caen los permisos de edificación de departamentos en la capital

Los permisos de edificación en Chile son autorizaciones emitidas por la Dirección de Obras Municipales (DOM) que permiten la construcción, modificación, ampliación o demolición de inmuebles.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

Los permisos de edificación en Chile son autorizaciones emitidas por la Dirección de Obras Municipales (DOM) que permiten la construcción, modificación, ampliación o demolición de inmuebles. Estos permisos garantizan que las obras cumplan con las normativas urbanísticas y constructivas vigentes, como el Plan Regulador Comunal y la Ley General de Urbanismo y Construcciones.

Sobre este punto y tras un análisis de la consultora Colliers revela que en la RM se registró un derrumbe casi completo de la actividad de Permisos de edificación de Departamentos durante el primer trimestre del año. “La caída es del 23% en relación al año anterior, llegando a un desplome dramático del 81% en relación al bienio 2018-2019”, señala el estudio.

De acuerdo a Reinaldo Gleisner, vicepresidente de Colliers, el panorama es más desolador en las comunas tradicionalmente más activas en la construcción de departamentos. “De las 5 comunas con mayor número de permisos de departamentos, solamente Ñuñoa e Independencia son comunas de importante actividad de construcción en los últimos años”.

“La mayor cantidad corresponde a La Pintana, con un 25% de los Permisos de RM. De ello, se deduce que la mayor parte de la construcción proyectada de departamentos son de construcción con subsidios”, sentencia el ejecutivo.

Asimismo, el profesional de la consultora reflexiona en torno a que esto implica que la actividad de construcción de departamentos privados prácticamente está desapareciendo en la capital, “dejando a 20.000 compradores anuales sin opción de compra y un número similar de arrendatarios sin opciones de arriendo”, concluye.

Los permisos de edificación en Chile son autorizaciones emitidas por la Dirección de Obras Municipales (DOM) que permiten la construcción, modificación, ampliación o demolición de inmuebles. Estos permisos garantizan que las obras cumplan con las normativas urbanísticas y constructivas vigentes, como el Plan Regulador Comunal y la Ley General de Urbanismo y Construcciones.

Para obtener un permiso, se deben presentar planos, especificaciones técnicas y otros documentos que acrediten la factibilidad de la obra. Una vez aprobado, el constructor puede iniciar los trabajos bajo supervisión municipal.

Los permisos de edificación en Chile son un aspecto clave que afecta al sector inmobiliario y presentan ciertos desafíos. Algunos de los problemas más comunes incluyen la burocracia y lentitud en el proceso de aprobación, lo que puede retrasar proyectos inmobiliarios y aumentar sus costos.

Además, hay controversias relacionadas con el cumplimiento de las normativas urbanísticas, donde proyectos pueden enfrentar obstáculos por no cumplir con los estándares medioambientales o de zonificación. La falta de transparencia en los criterios de evaluación también ha generado inquietudes entre desarrolladores y comunidades locales.

Otro desafío es la presión de los cambios en las políticas regulatorias y en los planes reguladores de las comunas, que pueden limitar o modificar los permisos, afectando la viabilidad de proyectos, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas. Estas dinámicas generan incertidumbre para las empresas del sector inmobiliario, impactando el ritmo de construcción y la oferta de vivienda.

Por otro lado, la falta de uniformidad en los procedimientos de las diferentes municipalidades también puede dificultar la obtención de permisos de edificación.

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