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enero 2, 2025 9:09 pm

Parques Urbanos y sus árboles. ¿Hemos aprendido algo después del temporal?

Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS

A propósito de los recientes accidentes ocurridos por el temporal, mucho se habla de los árboles, su rol y los parques urbanos, su importancia urbanística y necesidad social, de su impacto en el medio ambiente y aporte a la sostenibilidad de una urbe.

Los árboles cumplen un papel fundamental en el desarrollo sostenible de las ciudades, brindando múltiples beneficios, pues regulan la temperatura al proporcionar sombra y liberar vapor de agua, bajando la temperatura ambiental entre 2 y 8°C en días calurosos, absorben dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, y liberan oxígeno, limpian el aire al absorber contaminantes como óxido de nitrógeno, amoníaco y dióxido de azufre, ayudan a conservar la biodiversidad al ofrecer alimento y refugio a animales, aumentan el valor de las propiedades en hasta un 20% más que zonas sin vegetación y proporcionan un entorno más agradable para realizar actividades al aire libre; por lo que una política clara de cuidado preventivo, reposición y reforestación urbana de los árboles es cada día más necesario.

El catastro nacional de áreas verdes del INE vigente en Chile desde el año 2017, señala que existen 532 parques urbanos, y corresponden a 4.133 hectáreas, representando el 44% de la superficie total de áreas verdes en el país. Así, estos verdaderos “pulmones verdes” tienen muchas ventajas; pero, a pesar de existir parques urbanos en Chile desde mediados del siglo XIX, solo a contar del año 2021 se tiene una Política Nacional de Parques Urbanos.

Esta política los define como espacios libres de uso público, ubicados dentro de los límites urbanos, con una superficie mínima de 2 hectáreas y una cobertura vegetal predominante, que pueden estar eventualmente dotados de instalaciones para el desarrollo de actividades de recreación, deporte, cultura u otras, y que otorgan beneficios ambientales y sociales en el territorio donde se emplazan, generando valores paisajísticos y ambientales a una escala mayor, cuya área de influencia puede abarcar todo el territorio de la ciudad.

Esta política entrega criterios y orientaciones generales parapromover el desarrollo de parques urbanos sostenibles, que se constituyan como uno de los componentes estructurantes de la planificación de las ciudades y territorios, que promuevan la equidad territorial y la integración social, fortalezcan la pertinencia e identidad cultural y territorial, aporten al bienestar, la salud y la seguridad de las personas, contribuyan al desarrollo local y al equilibrio ambiental, a través de una gestión integrada, descentralizada y participativa.

No cabe dudas que esta Política significa un importante avance en la materia. Sin embargo, estos parques carecen de una especial consagración en nuestra legislación. Lamentablemente en nuestro país, lo que no se regula, no se fiscaliza y si no se fiscaliza, no se cumple. Prueba de ello es que los árboles se caen cada año durante el invierno sin existir un proceso de identificación preventivo de aquellos peligrosos.

Entonces, para un adecuado potenciamiento de este tipo de políticas, debiese al menos estar contenida y contemplada una definición de parques urbanos dentro de nuestra legislación de urbanismo y construcciones así como de la relevancia de las especies arbóreas, para que en forma real y eficiente sean aplicados todos los criterios y orientaciones contenidos en esta Política, en el desarrollo urbano de las ciudades de Chile para este siglo y los venideros.

Proyecto de Ley de protección del territorio y la vida rural

Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS

El 30 de julio de 2024 fue ingresado a la Cámara de Diputadas y Diputados a su primer trámite constitucional, el mensaje presidencial que contiene el denominado “Proyecto de ley de protección del territorio y la vida rural”, en adelante, el “Proyecto”.

Como una primera aproximación, el objetivo principal del Proyecto es regular la destinación a finalidades urbanas o habitacionales de los loteos agrícolas, compatibilizándolos con los usos silvoagropecuarios del suelo rural. Así, este proyecto de ley pretende incorporar diversas modificaciones al Decreto Ley N°3.516 de 1980, al art. 55 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) y a la Ley 18.755 que establece normas sobre el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).

El Proyecto pretende regular los proyectos de parcelaciones para fines preferentemente habitacionales (Conjuntos Residenciales Rurales) en el ámbito de la LGUC, estableciendo requisitos para su aprobación, tales como, (i) acceso a camino público, (ii) cumplir con la superficie predial mínima definida en el respectivo instrumento de planificación de nivel intercomunal, cuando corresponda, o en su defecto, la subdivisión predial mínima será de 5.000 metros cuadrados, (iii) contar con un reglamento interno de convivencia y un plan de monitoreo para el uso y aprovechamiento racional de los recursos de los predios que lo conforman, (iv) contar con red de agua potable y soluciones sanitarias, ya sean colectivas o individuales, aprobadas por las autoridades correspondientes, (v) factibilidad de electricidad para cada lote, (vi) contar con un acuerdo de recolección, transporte y disposición final de residuos sólidos domiciliarios con la municipalidad respectiva, entre otros.

Se establece una presunción legal en virtud de la cual todo proyecto de subdivisión que contemple 6 o más lotes colindantes cuya superficie individual por lote no supere las 3 hectáreas físicas (individualmente considerado o sumado a una subdivisión anterior adyacente) será considerado un Conjunto Residencial Rural.

Adicionalmente, en cada lote se podrá construir una vivienda unifamiliar que no ocupe más del 10% de su superficie, las construcciones complementarias no podrán superar el 20% y el 70% restante deberá ser destinado a fines silvoagropecuarios, de conservación, preservación y/o restauración ambiental, cumpliendo con las otras condiciones que se señalan en el Proyecto.

Por otro lado, se mantiene la normativa que posibilita el desarrollo de la vivienda social y las demás excepciones actualmente admitidas en el área rural, simplificando y objetivando su procedimiento.

Finalmente, se proponen normas transitorias que establecen que durante los 3 primeros años de vigencia de la ley, el propietario que hubiere adquirido el dominio de un predio resultante de una subdivisión certificada conforme al Decreto Ley N°3.516 con anterioridad a la entrada en vigencia de la nueva normativa, podrá solicitar la autorización para la construcción de una vivienda unifamiliar que no sea necesaria para la explotación agrícola ganadera o forestal del predio cumpliendo con los requisitos contemplados para los Conjuntos Residenciales Rurales. Esto, en buen chileno, es aplicar la nueva normativa a los derechos adquiridos de los propietarios de terrenos con anteriorida a su entrada en vigencia. Es decir, no es otra cosa que aplicar la nueva ley durante 3 años con efecto retroactivo; lo que naturalmente contraria, per sé, a la propia ley y su principal efecto, esto es, su irretroactividad.

Para los legos en la materia, y para que se pueda dimensionar adecuadamente este punto, esta norma transitoria que se pretende acarrea dos importantes problemas a solucionar: (i) por el principio de irretroactividad, las leyes no pueden cobrar efecto respecto de hechos anteriores a su vigencia. Lo consagra el artículo 9° de nuestro Código Civil al modo de una prohibición, por la cual “La ley solo puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo”, señala la citada norma. Completa la regulación legal de este asunto el artículo 1° de la ley sobre efecto retroactivo de las leyes (LER) de 1861, que regula la forma de resolver conflictos objeto de regulación de leyes dictadas en diversas épocas; y (ii) esta norma transitoria en específico, reviste otro gran problema con ocasión del derecho privado y que dice relación con la teoría de los derechos adquiridos y la garantía constitucional de la propiedad.

Sin duda, este y otros aspectos, deberán ser aclarados, corregidos y/o complementados, especificados o derechamente desechados durante el proceso legislativo que le espera antes de su nacimiento a la vida jurídica de este Proyecto.

Gobierno presenta proyecto de ley crucial para la «Protección del territorio y la vida rural»

Este proyecto no solo aborda la venta ilegal de suelos inapropiados para la construcción, sino que también garantiza el acceso a servicios esenciales como agua, luz, manejo de residuos domiciliarios y libre tránsito.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

El Gobierno ingresó a la Cámara de Diputadas y Diputados un proyecto de ley trascendental para la «Protección del territorio y la vida rural». Esta propuesta establece medidas claras para proteger a las personas de estafas y ventas de terrenos inadecuados, asegurando además la preservación de suelos agrícolas vitales para la seguridad alimentaria.

El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, destacó el trabajo prelegislativo exhaustivo realizado para alcanzar un amplio consenso. “Es hora de enfrentar las consecuencias del crecimiento descontrolado de las parcelaciones y proporcionar certezas a quienes desean habitar el territorio rural. Este proyecto es esencial para ordenar y planificar el crecimiento rural, reduciendo los riesgos asociados a un desarrollo no planificado, como los incendios forestales,” afirmó Montes.

Respecto a las medidas clave del proyecto, se informó la protección de suelos agrícolas, indicando que se prohíbe la venta de terrenos sin acceso a servicios básicos, garantizando su uso agrícola sostenible.

Asimismo, la fiscalización y regulación, fortaleciendo la fiscalización incorporando nuevos actores en el proceso y se limitarán las parcelas de media hectárea exclusivamente para uso agrícola, evitando su conversión en proyectos inmobiliarios.

El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, expresó su satisfacción por la presentación del proyecto. “Es fundamental terminar con los abusos del decreto de parcelaciones que ha resultado en loteos irregulares, afectando suelos agrícolas y ecosistemas. Este proyecto establecerá límites claros y una fiscalización robusta,” agregó Valenzuela.

Importancia del Diálogo y Consenso: Este proyecto ha sido el resultado de un diálogo inclusivo con diversos actores de la sociedad civil y comisiones sectoriales del Congreso. El objetivo es alcanzar el mayor consenso posible antes de iniciar su discusión legislativa.

El ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, enfatizó la relevancia del proyecto en el contexto del cambio climático. “Proteger a las personas, el medioambiente y los suelos agrícolas es crucial. Este proyecto refleja ese compromiso y llamamos a un debate fructífero que permita su aprobación con apoyo transversal,” subrayó Elizalde.

Origen del problema

En el ámbito rural, la normativa actual no contempla viviendas secundarias o principales, salvo en pocas excepciones bien definidas. La falta de regulación ha permitido un sistema de parcelaciones residenciales basado en normativas no diseñadas para ese fin:

Una de ellas es la facultad de subdividir en hasta 0,5 hectáreas sin cambiar el destino silvoagropecuario de los predios, según el DL. N°3.516. La segunda, es la prerrogativa del dueño de una propiedad agrícola para levantar viviendas para el propietario y sus trabajadores, según el Art. 55 de la LGUC.

Privados han ajustado sus proyectos para vulnerar este decreto, lotificando terrenos rurales con fines habitacionales. Históricamente, las subdivisiones prediales del DL N°3.516 han bordeado las 10.000 solicitudes, incrementándose a más de 19.000 en 2021 y sobre 20.000 en 2022.

Estimaciones del Centro de Estudios de Ciudad y Territorio del Minvu indican que existen más de 350.195 predios no agrícolas de entre 0,5 y 1 hectárea, equivalente a una superficie de entre 175 mil y 300 mil hectáreas. Para comparar, la superficie construida de todas las áreas urbanas del país suma 208.688 hectáreas.

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