Para los expertos, uno de los puntos claves es la vacancia y la inseguridad que mantienen deprimido el sector.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
Aunque el mercado de oficinas en la Región Metropolitana de Santiago ha mostrado una paulatina recuperación en los últimos trimestres, la comuna de Santiago Centro continúa enfrentando serios desafíos. Según un reporte del área de estudios de Colliers correspondiente al tercer trimestre de este año, la comuna acumula 58.534 metros cuadrados de oficinas desocupadas, reflejando un mercado estancado y en declive.
A nivel metropolitano, la tasa de vacancia alcanza el 10,6%, pero Santiago Centro exhibe cifras aún más negativas, con un 14% de vacancia, lo que evidencia la persistente falta de demanda en esta zona. A esto se suma un precio promedio de arriendo que ha descendido a 0,34 UF/m², un valor significativamente inferior al promedio de 0,48 UF/m² que registra el mercado en general dentro de la Región Metropolitana.
Jaime Ugarte, Director Ejecutivo de Colliers, señala que la situación del mercado de oficinas en Santiago Centro es particularmente crítica debido a factores estructurales que han afectado la percepción y funcionalidad de esta comuna.
Entre los principales factores que explican esta situación se encuentra el cambio de prioridades de las empresas, que históricamente habían optado por Santiago Centro debido a su conectividad y accesibilidad. Sin embargo, la constante inseguridad, sumada a los efectos de las manifestaciones sociales desde 2019, ha llevado a muchas compañías a reevaluar su ubicación.
“Hemos visto un verdadero éxodo de empresas que por años estuvieron establecidas en el Centro y optaron por trasladarse a sectores con mejores niveles de seguridad. La desvalorización que han registrado las oficinas en el centro de Santiago es un hecho sin precedentes que se ve difícil de revertir”, explica Ugarte.
La percepción de Santiago Centro como un área conflictiva también ha sido alimentada por el aumento sostenido del comercio informal, la ocupación de espacios públicos y un alza en los índices de delincuencia. Estas condiciones han tenido un impacto directo en la calidad de vida de los trabajadores y en la viabilidad de los negocios que aún operan en la zona.
Mientras Santiago Centro enfrenta estos problemas, otras comunas del Gran Santiago han comenzado a mostrar signos de recuperación. Sectores como Las Condes, Vitacura y Providencia han captado una parte importante de la demanda, con tasas de vacancia más bajas y precios de arriendo que se mantienen estables o en alza. Estos sectores, percibidos como más seguros y modernos, han atraído tanto a grandes empresas como a pequeñas y medianas organizaciones en búsqueda de oficinas funcionales y bien ubicadas.
¿Qué se necesita para revertir el panorama?
Expertos coinciden en que la revitalización de Santiago Centro como polo de oficinas requiere una estrategia integral que aborde varios frentes:
- Seguridad y orden público: La reducción de la delincuencia y el comercio ambulante es fundamental para devolver la confianza a los inversionistas y a las empresas.
- Incentivos para la inversión: Facilitar beneficios tributarios o condiciones favorables para empresas que decidan operar en el centro podría ser una medida efectiva para reactivar el interés.
- Renovación urbana: Una modernización de la infraestructura, acompañada de espacios públicos mejorados, podría ayudar a reposicionar la comuna como un lugar atractivo para trabajar.
- Promoción del uso mixto: Potenciar desarrollos inmobiliarios que combinen oficinas, viviendas y comercio podría aumentar la actividad en la zona, atrayendo tanto a trabajadores como a residentes.
A corto plazo, las perspectivas para el mercado de oficinas en Santiago Centro siguen siendo desafiantes. Sin embargo, una mejora en las condiciones macroeconómicas y políticas, sumada a esfuerzos locales por revitalizar la comuna, podría ofrecer una ventana de oportunidad para revertir la tendencia en el mediano y largo plazo.
Por ahora, el mercado de oficinas en Santiago Centro permanece como un claro ejemplo de cómo factores sociales y económicos pueden influir profundamente en el comportamiento del sector inmobiliario.