Por: Francisca Ibáñez Recabarren, arquitecta UDD y Master en Diseño en Innovación Sostenible
La arquitectura en Chile se encuentra en un punto de inflexión, donde la práctica tradicional se ve desafiada por las demandas del cambio climático y la necesidad de mitigar los efectos del crecimiento urbano descontrolado.
Este panorama ha impulsado una transformación en los principios del diseño arquitectónico, integrando elementos ornamentales y estructurales que responden a un compromiso ético y técnico con la sostenibilidad ambiental.
La evolución hacia edificaciones sostenibles
En el contexto urbano de Santiago y otras regiones del país, los edificios sostenibles se han convertido en un paradigma arquitectónico que combina estética, funcionalidad y respeto por el entorno.
Este cambio no es fortuito, sino el resultado de un enfoque sistemático en el diseño y la construcción, que busca incorporar sistemas pasivos y activos de eficiencia energética, materiales de bajo impacto ambiental y tecnologías de aprovechamiento de recursos como el agua y la energía solar.
Proyectos como el Edificio Corporativo de Transoceánica, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini o iniciativas certificadas bajo estándares CES y LEED evidencian el avance hacia construcciones que priorizan el desempeño ambiental sin comprometer la habitabilidad y la funcionalidad.
Integración de elementos ornamentales y estructurales
Un aspecto clave en la arquitectura sustentable contemporánea es la capacidad de fusionar lo ornamental con lo funcional. Elementos como las fachadas verdes, que inicialmente podían concebirse como adiciones estéticas, hoy desempeñan un rol estructural en la mejora del confort térmico y la calidad del aire en los espacios urbanos.
De manera similar, la integración de sistemas como los paneles fotovoltaicos en cubiertas y fachadas responde no solo a la eficiencia energética, sino también a una visión integral del diseño arquitectónico como motor de cambio ambiental.
Respuestas climáticas adaptativas / desafíos y oportunidades
Chile, con su diversidad geográfica y climática, presenta condiciones únicas que exigen soluciones adaptativas en el diseño. En la zona central, las estrategias bioclimáticas priorizan el control de la radiación solar, la ventilación cruzada y la optimización de las envolventes térmicas.
En el sur del país, las edificaciones integran sistemas de aislamiento de alto desempeño y aprovechan tecnologías para la gestión eficiente de la energía. Estas adaptaciones, sustentadas en herramientas de simulación energética y análisis técnico, son reflejo de una arquitectura consciente de su contexto.
Dentro del rol profesional y normativa en el impulso hacia la sostenibilidad
Como arquitectos, nuestro desafío trasciende el diseño; implica una gestión integral del proceso constructivo que considere la planificación urbana, la evaluación ambiental y la permisología como componentes fundamentales.
En este sentido, la reciente actualización de la normativa chilena en torno a la construcción sustentable y la eficiencia energética exige un compromiso interdisciplinario que garantice proyectos más responsables y acordes a las metas de reducción de emisiones de carbono establecidas a nivel nacional.
La arquitectura sostenible en Chile no solo responde a una exigencia ambiental, sino que representa una oportunidad para redefinir el ejercicio profesional desde una perspectiva ética, técnica y de innovación. Cada proyecto construido con criterios sustentables reafirma el rol de los arquitectos como agentes de cambio en la creación de un entorno urbano resiliente, eficiente y en armonía con el medio ambiente.