Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios en COHLERS+PARTNERS
En el actual contexto económico de Chile, caracterizado por el todavía elevado costo de los créditos inmobiliarios, el aumento sostenido de la UF, las restricciones bancarias para acceder a financiamiento y la falta de incentivos gubernamentales efectivos, surge el “Loping” como una solución relevante en el sector inmobiliario, posicionándose esta nueva modalidad como una opción atractiva para la compra, arriendo e inversión inmobiliaria, contribuyendo a mitigar la creciente demanda de viviendas y la sobreoferta que enfrenta el mercado.
A diferencia del leasing inmobiliario, el Loping se distingue por eliminar la intermediación bancaria. En lugar de hipotecas, se apoya en el capital de pequeños y medianos inversionistas interesados en portafolios inmobiliarios sin apalancamiento, lo que reduce significativamente el riesgo de deuda hipotecaria, permitiendo acceder a la propiedad de manera progresiva mediante planes de renting con opción de compra, facilitando a los usuarios adquirir bienes sin endeudarse.
El modelo del Loping ofrece múltiples ventajas sobre las formas tradicionales de inversión en bienes raíces en donde los interesados pueden participar en proyectos inmobiliarios o arrendar mientras adquieren fracciones del inmueble, hasta completar su valor.
Además, el esquema integra a diversos actores del mercado (fondos de inversión, cooperativas, gremios y grandes inmobiliarias) a través de macro compras organizadas por plataformas de crowdfunding, posibilitando la colocación de propiedades bajo un formato de arriendo con participación accionaria, brindando oportunidades de acceso a viviendas de manera inclusiva.
Así, y comparando el modelo de negocios de servicios de suscripción como por ejemplo, Spotify, el Loping permite que los usuarios se conviertan en propietarios gradualmente a través de planes que, eventualmente, les otorgarán la propiedad completa de su casa, departamento o bodega, sin depender de la factibilidad o no de acceso al crédito ni a la deuda hipotecaria.
De esta forma, este modelo, bastante innovador, responde a la necesidad de reestructurar el mercado inmobiliario, facilitando el acceso a la vivienda de forma sostenible y eficiente; y dándole quizás, un pequeño respiro a la industria y al propio negocio inmobiliario dentro de tanta turbulencia.