El concepto de nearshoring , que implica trasladar operaciones empresariales a países cercanos para aprovechar ventajas geográficas, laborales y de infraestructura, está reconfigurando la dinámica del mercado inmobiliario en diversos países, y Chile no es la excepción.
Esta tendencia, impulsada por la necesidad de las empresas de reducir costos logísticos y mitigar riesgos asociados a cadenas de suministro globales, tiene implicancias profundas para el sector inmobiliario, especialmente en el desarrollo industrial y logístico.
Chile, por su estabilidad económica, infraestructura robusta y acceso a mercados internacionales, se posiciona como un destino atractivo para el nearshoring . En el ámbito inmobiliario, esto se traduce en un aumento de la demanda por espacios industriales y logísticos, particularmente en zonas estratégicas como la Región Metropolitana, el corredor norte y las cercanías de los principales puertos.
Empresas extranjeras buscan terrenos aptos para la construcción de centros de distribución, bodegas de almacenamiento y plantas industriales, fomentando inversiones significativas en un segmento que, hasta hace pocos años, se mantenía estable pero con perspectivas moderadas.
No obstante, esta oportunidad no está exenta de desafíos. La disponibilidad de suelo industrial es limitada en las áreas de mayor interés, lo que incrementa los costos y podría frenar el crecimiento del sector.
A esto se suma la necesidad de actualizar normativas urbanísticas que permitan un desarrollo más ágil de proyectos inmobiliarios ligados a actividades industriales, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad ambiental y social.
El impacto del nearshoring no se limita a la industria logística. También abre puertas para la generación de empleo y el fortalecimiento de economías locales. La llegada de empresas extranjeras requiere de una fuerza laboral capacitada, lo que incentiva programas de formación técnica y profesional en comunidades cercanas a estos desarrollos.
A su vez, los nuevos proyectos inmobiliarios traen consigo beneficios indirectos, como la mejora en infraestructura vial y de servicios.
Desde una perspectiva global, esta tendencia no solo responde a estrategias empresariales, sino también a una transformación en la percepción de riesgos geopolíticos y económicos. La pandemia y los conflictos internacionales han evidenciado la vulnerabilidad de las cadenas de suministro tradicionales, lo que ha acelerado la búsqueda de soluciones más cercanas y confiables.
En este contexto, el mercado inmobiliario chileno tiene la oportunidad de consolidarse como un actor clave en la atracción de inversiones asociadas al nearshoring . Sin embargo, para maximizar los beneficios de esta tendencia, es esencial un trabajo conjunto entre el sector privado, el gobierno y las comunidades locales.
Políticas públicas claras, incentivos fiscales y una planificación urbana estratégica serán fundamentales para garantizar un desarrollo equilibrado que impulse la economía sin comprometer la calidad de vida de los habitantes ni el cuidado del medio ambiente.
El nearshoring es una muestra de cómo las dinámicas globales pueden generar impactos positivos a nivel local, siempre que se aborde con visión y responsabilidad. En un mundo cada vez más interconectado, Chile tiene la oportunidad de posicionarse como un nodo estratégico en esta nueva era de reconfiguración empresarial.
El desafío está en aprovechar este momento histórico para transformar el mercado inmobiliario en un motor de desarrollo sostenible y competitivo.