El gremio advierte que la demanda se ha mantenido por debajo de los niveles históricos, lo que ha llevado a las inmobiliarias a desplegar una batería de estrategias de descuento y promociones.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
En un esfuerzo por dinamizar el alicaído sector inmobiliario y facilitar el acceso a la vivienda, el gobierno de Chile promulgará esta semana una ley que establece un subsidio a la tasa de interés para créditos hipotecarios destinados a la compra de viviendas nuevas.
La medida busca reducir el costo mensual de los dividendos para propiedades sin uso de hasta 4.000 UF (aproximadamente 145.000 dólares), en medio de un mercado inmobiliario marcado por la sobreoferta y una demanda persistentemente baja.
La ley contempla un subsidio de 60 puntos base (pb) en la tasa de interés para personas naturales, y de 50 pb para personas jurídicas. Además, estará acompañado de una garantía estatal, con el objetivo de permitir una reducción aún mayor del costo financiero para los compradores.
La iniciativa llega en un momento clave. Según datos de la Cámara Chilena de la Construcción, existen cerca de 100.000 unidades nuevas disponibles en el mercado, muchas de ellas con escasa rotación desde el último trimestre de 2021.
El gremio advierte que la demanda se ha mantenido por debajo de los niveles históricos, lo que ha llevado a las inmobiliarias a desplegar una batería de estrategias de descuento y promociones.
Para Guido Flores, agente inmobiliario de RE/MAX Titanio, la nueva normativa podría representar un punto de inflexión. “Este subsidio tiene el potencial de transformar la incertidumbre de años anteriores en confianza. No se trata solo de vender una propiedad, sino de acompañar a nuestros clientes en un cambio fundamental en sus vidas”, señala.
El impacto esperado no se limita al mercado de viviendas nuevas. Flores anticipa que una activación de la demanda también podría generar efectos colaterales positivos en el mercado de propiedades usadas, debido al renovado dinamismo del sector y al aumento del flujo de compradores.
Más allá del alivio inmediato que implica para los futuros propietarios, la nueva ley también introduce una señal de estabilidad para un sector que ha enfrentado dificultades significativas en los últimos años: encarecimiento de materiales, aumento en los costos laborales, escasez de suelo urbano y ralentización en la tramitación de permisos.
“La mejor inversión es la que se hace bien, con información clara y visión de largo plazo. Esta ley nos permite ofrecer certezas en un entorno que, hasta ahora, ha estado lleno de dudas”, reflexiona Flores.
Con una demanda que comienza a mostrar signos de reactivación, el subsidio podría significar un impulso clave para compradores primerizos y también para inversionistas, quienes, apoyados por este marco legal, podrán explorar alianzas con desarrolladores en proyectos que califiquen para el beneficio, contribuyendo así a reducir el abultado stock de viviendas nuevas.