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02/09/2025 23:40

PRONTO

Tokenización: ¿la próxima disrupción en el mercado inmobiliario?

La Universidad San Sebastián, a través de su Magíster en Vivienda y Proyectos Inmobiliarios, analizó cómo la representación digital de activos puede abrir nuevas oportunidades de financiamiento y democratizar el acceso a la inversión en el sector.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

La tokenización de activos inmobiliarios, basada en tecnología blockchain, comienza a instalarse en Chile como una alternativa para ampliar el acceso a la inversión, reducir costos de intermediación y dar mayor liquidez a un mercado tradicionalmente rígido. Ese fue el foco de la conferencia “Tokenización y futuro inmobiliario”, organizada por el Magíster en Vivienda y Proyectos Inmobiliarios (MAVIP) de la Universidad San Sebastián.

La exposición estuvo a cargo de Jennifer Astudillo, cofundadora de Mi Comunidad Mujeres Inmobiliarias y de Tokenit, quien explicó que la tokenización permite fraccionar digitalmente activos como edificios, facilitando que inversionistas participen en proyectos sin necesidad de adquirir una propiedad completa.

“La tokenización es el Waze de las inversiones: permite recorrer la misma ruta de siempre, pero de forma más eficiente, rápida y segura. Lo que antes era exclusivo de grandes fondos hoy está al alcance de ciudadanos e inversionistas a pie”, afirmó Astudillo.

Según la especialista, este modelo ya se aplica en mercados como Dubái y España, mientras que en Chile se están dando los primeros pasos bajo la supervisión de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). De hecho, Tokenit ha concretado la tokenización de edificios multifamily en operación, ofreciendo alternativas de financiamiento ágiles para desarrolladores y retornos predefinidos para los inversionistas.

Entre las principales ventajas del modelo destacan:

  • Mayor liquidez: convierte activos inmuebles en instrumentos transables.
  • Acceso democratizado: abre la inversión a pequeños y medianos inversionistas.
  • Transparencia y seguridad: blockchain garantiza registros inmutables.
  • Menores costos de intermediación: agiliza procesos de entrada y salida.
  • Rentabilidades atractivas: retornos definidos y respaldados por activos reales.

Cecilia Aldunate, directora del MAVIP, subrayó que la tokenización no solo representa una innovación tecnológica, sino también “un cambio cultural en la forma en que entendemos la inversión y el acceso a la vivienda”.

El programa de postgrado de la USS busca posicionarse como un espacio de reflexión sobre nuevas herramientas para enfrentar los desafíos del sector inmobiliario y de vivienda, combinando análisis crítico con mirada interdisciplinaria.

Claro Arena se proyecta como ícono arquitectónico con sistema de iluminación de Signify

El renovado recinto de Universidad Católica, con capacidad para 20 mil personas, incorpora tecnología LED inteligente y energía renovable, posicionándose como uno de los estadios más modernos y sustentables de Latinoamérica.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

A días de su reapertura, el estadio Claro Arena debutó con una fachada iluminada gracias a un innovador sistema LED inteligente y conectado, desarrollado por Signify en alianza con Led Studio y Enel. Se trata del primer proyecto de este tipo en Chile, capaz de generar espectáculos de luz dinámicos que refuerzan la identidad visual del recinto y lo posicionan como un nuevo atractivo urbano para Santiago.

Con una inversión que apunta a consolidar un espacio multipropósito para actividades deportivas y culturales, el recinto levantado por Cruzados para Universidad Católica se presenta como una infraestructura clave para dinamizar la economía del fútbol y el entretenimiento en la capital.

“Es un orgullo inaugurar el Claro Arena con un sistema de iluminación único en Chile y a la altura de los grandes estadios del mundo. Esta alianza nos permite dotar al estadio de una identidad propia, sustentable y moderna”, afirmó el presidente de Cruzados, Juan Tagle.

El proyecto incorporó más de seis mil luminarias de última generación, instaladas por Led Studio, mientras que Enel aportó soluciones de eficiencia energética, como paneles solares, puntos de carga para vehículos eléctricos y el suministro de energía 100% renovable.

Karla Zapata, gerente general de Enel X, aseguró que esta iniciativa “refleja nuestro compromiso con la sostenibilidad y con el acompañamiento de proyectos que contribuyen a la transición energética del país”.

Signify, por su parte, ya ha liderado la modernización de recintos deportivos en Chile y la región. En 2023 actualizó la iluminación del Estadio Nacional para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, y ha desarrollado soluciones similares en el Monumental de River Plate, el José Amalfitani de Vélez Sarsfield, y el Maracaná en Brasil, entre otros.

Contribuciones y futuro municipal: ¿Cómo afecta la inestabilidad a la plusvalía de tu hogar?

Por: Alison Ramírez, CEO de Avance Inmobiliario

Las contribuciones, son un pilar del financiamiento municipal para servicios públicos esenciales como seguridad, alumbrado y mantención de áreas verdes, entre otros aspectos, su eliminación generaría una incertidumbre significativa en la inversión inmobiliaria.

Una disminución en el financiamiento municipal podría resultar en un deterioro de estos servicios, afectando directamente la plusvalía de los activos.

El mercado inmobiliario se basa en la predictibilidad y la estabilidad a largo plazo. La modificación de un impuesto fundamental como las contribuciones, sin una propuesta de reemplazo clara y robusta, introduce un elemento de riesgo que podría disuadir a los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.

La percepción de un marco regulatorio inestable podría ralentizar nuevos proyectos de desarrollo, impactando negativamente en la creación de empleo y el crecimiento económico.

Desde Avance Inmobiliario creemos que los candidatos presidenciales deben abordar esta discusión con responsabilidad y considerar las consecuencias a largo plazo de sus propuestas. La sostenibilidad del sector inmobiliario y la estabilidad de la inversión dependen de un marco fiscal predecible y de un financiamiento municipal sólido.

Consideramos que cualquier reforma al sistema de contribuciones debe ser parte de un debate amplio que incluya a todos los actores relevantes: municipios y sector privado. Es fundamental buscar soluciones que alivien la carga fiscal de las personas sin comprometer la inversión, la plusvalía de las propiedades y la calidad de vida en nuestras ciudades.

Una nueva era para la gestión de relaves

Por: Gonzalo Sotomayor Jefe de Especialidad Civil, Relaves e Hidráulica en Arcadis

Los depósitos de relaves han sido un histórico pasivo ambiental y de seguridad en la gran minería. Sin embargo, su gestión está comenzando a experimentar una profunda transformación, en línea con un contexto particularmente desafiante para la industria en la era de la crisis climática. 

Se trata de un escenario marcado, por un lado, por los avances en la descarbonización de sus operaciones; y, por otro, a la creciente demanda por minerales críticos para la transición energética. Este último punto implicará trabajar con leyes de mineral cada vez más bajas, lo que inevitablemente aumentará la generación de más toneladas de relaves en los depósitos. 

Los principios del Estándar Global de la Industria para la Gestión de Relaves (GISTM), del año 2020, que establece requisitos para garantizar que los depósitos de relaves se diseñen, operen y cierren de forma segura, son un punto de partida mínimo para las compañías del sector. No obstante, el verdadero cambio no solo vendrá por el cumplimiento de estándares y compromisos regulatorios, sino que también de empezar a aplicar otros conceptos con respecto a los relaves, hablamos de reducir la generación de nuevos relaves, reutilizar los existentes como insumos industriales, y reimaginar la manera en que hacemos minería, con la incorporación de soluciones como la lixiviación in situ, la inteligencia artificial en el monitoreo, el diseño adaptativo y otras nuevas tecnologías que comienzan a emerger en el mercado. 

El avance tecnológico en este ámbito es real. Pero también lo son las barreras: trabas regulatorias que impiden reutilizar relaves, costos operativos que dificultan implementar nuevas tecnologías a gran escala, depósitos antiguos con restricciones técnicas severas, y una cultura de confidencialidad entre compañías que limita la colaboración sectorial. Estos obstáculos estructurales deben ser abordados frontalmente para impulsar ideas con aplicaciones reales. 

Creemos que hay razones para el optimismo. Desde Arcadis Chile, y su equipo de relaves, estamos impulsando prácticas más sostenibles, como el análisis continuo de balances hídricos integrados con escenarios climáticos, diseños seguros, reducción de nuestra huella de carbono interna mediante cambios en logística y desplazamientos. Porque no se trata solo de exigirle a la industria: también debemos liderar con el ejemplo.   

Debemos ser parte de esta transformación con una mirada interdisciplinaria, integrando sostenibilidad, seguridad y valor compartido. 

Hoy, el reto es pasar de la contención al aprovechamiento. Transformar lo que antes veíamos solo como desecho en un insumo estratégico. En la minería actual, los relaves no pueden ser vistos como el final del proceso, sino más bien como el punto de partida de una nueva era: la de una industria sostenible y alineada con los desafíos climáticos y sociales de nuestro tiempo.

Balance inmobiliario de 2025: De luces y sombras

Por: Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario

El primer semestre del 2025 tuvimos algunas señales en el mercado inmobiliario que nos hacen pensar en un optimismo moderado, pero a la vez, con la persistencia de desafíos estructurales que requieren de una visión estratégica clara, de cara al segundo semestre y con miras al 2026.

Si miramos los números de período enero-junio, la realidad es compleja, con las ventas de propiedades estancadas en niveles similares a los del mismo período en 2024. Más que una estabilización después de años de caídas, se necesita de un crecimiento mucho más fuerte para reducir el stock acumulado que alcanza las 106 mil unidades aún disponibles.

Lo cierto es que las cifras reflejan un problema que se ha transformado en un círculo vicioso: si se mantienen las unidades dentro del inventario, las inmobiliarias no avanzarán en proyectos nuevos, limitando el dinamismo que necesita el sector.

Este primer semestre las medidas que se implementaron para revertir la situación, han performado de diferentes formas. Por un lado, la reducción de 25 puntos base en la tasa de política monetaria por parte del Banco Central se ve como un alivio, pero sigue siendo insuficiente para generar el impulso requerido. De igual forma, los subsidios habitacionales anunciados por el gobierno apuntan en la dirección correcta, pero enfrentan dos obstáculos fundamentales que continúan limitando el acceso a la vivienda.

Primero, el acceso al crédito. Las familias chilenas siguen teniendo barreras fuertes para obtener financiamiento hipotecario, en un contexto donde el empleo informal ha aumentado y la creación de nuevos puestos permanece estancada. Indicadores recientes confirman esta realidad, sin contratos de trabajo y con instituciones financieras que mantienen criterios altamente restrictivos.

En segundo lugar, los valores de las viviendas, considerando que los precios están expresados en UF, con una presión inflacionaria, mientras que los ingresos de las personas están pesos y no han experimentado un crecimiento proporcional. Esto ha generado una gran brecha de pago con precios de mercado al alza.

Ahora bien, las inmobiliarias han activado estrategias comerciales agresivas, con eventos tipo CyberDay, con lo que han logrado reducir un poco el stock, aunque no ha sido suficiente. Por esto, de cara al segundo semestre, hay que enfocarse en políticas públicas que aborden directamente las barreras de acceso al crédito, facilitando mecanismos que permitan a trabajadores con empleos informales o ingresos variables acceder a financiamiento hipotecario. 

También una estrategia que apunte a incentivar la formalización laboral, para ampliar la base de compradores, así como también generar incentivos que vayan en la línea de impulsar la  formalización laboral. 

En el semestre que se avecina, la coordinación entre políticas públicas, estrategias del sector privado y mejoras en los indicadores laborales, serán puntos clave para generar el dinamismo que tanto necesita esta industria como motor fundamental de la economía.

Desalinización: la llave hídrica de la minería del futuro

Por: Gonzalo Silva León, Gerente Regional de Control de Flujo de Valmet

En un escenario global marcado por la crisis hídrica y la creciente presión regulatoria, la industria minera chilena enfrenta uno de sus mayores retos: asegurar el suministro de agua sin debilitar las fuentes naturales. En este contexto, la desalinización surge no solo como una opción viable, sino como una necesidad estratégica para la sostenibilidad del sector.

Actualmente, cerca del 30% del agua utilizada en el país para la industria proviene del mar, ya sea desalinizada o sin tratar. Este porcentaje está en ascenso y se proyecta que para 2034 alcance al 70%. Este cambio no es casual, sino el resultado de años de innovaciones y búsqueda de la eficiencia, donde empresas tecnológicas han sido actores clave al proveer soluciones que contribuyen a la confiabilidad operativa de estos procesos. 

La ósmosis inversa, que representa el 70% de los procesos de desalación a nivel mundial, lidera este cambio por su alta efectividad en la remoción de sales y metales pesados. No obstante, tecnologías como la nanofiltración conquistan terreno por su menor consumo energético y su capacidad para mejorar la reutilización del recurso, disminuyendo tanto los costos operacionales como la huella hídrica.

Además, la incorporación de sistemas híbridos —como biorreactores de membrana y humedales artificiales— apunta a un enfoque más integral. No se trata solo de desalar, sino de reutilizar el agua en múltiples ciclos, reducir la descarga de efluentes y cumplir con los cada vez más exigentes estándares ambientales.

Según un catastro presentado por la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (ACADES) y la Corporación de Bienes de Capital (CBC), los proyectos de desalación y reúso de agua en Chile suman una inversión total estimada de USD 22.159 millones, una cifra que habla por sí sola del rol de esta tecnología. Lejos de ser una solución temporal, la desalinización es ya una pieza estructural del modelo operativo minero del siglo XXI.

Si bien aún existen desafíos como el costo energético o el impacto ambiental de las salmueras, la innovación está avanzando en paralelo para mitigarlos. Un ejemplo concreto es el aporte de Valmet, a través de su marca Neles™, que en 2024 fue el principal proveedor de válvulas para el proyecto de desalinización de una de las más grandes compañías mineras de Chile. Estas válvulas fueron seleccionadas para el sistema de bombeo de agua desde el nivel del mar hasta los 5.000 metros de altitud, un desafío técnico de gran envergadura que exige equipos de alta confiabilidad, resistencia a la corrosión y cumplimiento de exigencias acústicas y ambientales. La solución de Valmet destaca por su capacidad de adaptación a condiciones extremas, lo que refuerza el papel de la ingeniería de precisión en la construcción de una minería más sostenible.

En suma, la desalinización en la minería no es un lujo ni un plan B. Es la clave para la continuidad operativa de una industria que debe seguir siendo motor económico, sin olvidar que el agua —por muy técnica que sea su gestión— sigue siendo un bien común, y su uso responsable, una obligación ética y ambiental. 

El desequilibrio estructural del mercado inmobiliario chileno

Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios en COHLERS & PARTNERS

Nuestro país está cruzando una de las crisis más significativas que enfrenta el sector inmobiliario y de la construcción. Le llaman el “bajón inmobiliario”, el cual se manifiesta en la brecha creciente entre los ingresos de los hogares y el alza sostenida de los precios de las viviendas.

En un artículo del diario El Mercurio de hace un tiempo atrás, se señaló que los valores de las viviendas han subido un 100% desde el año 2010, pero los sueldos tan solo han subido un 31% desde ese mismo año; siendo, a juicio de varios, la verdadera razón del actual problema inmobiliario, consistente en la abismante diferencia entre el crecimiento de los costos (y precios) y el bajo crecimiento de los sueldos. Esta causal estructural va más allá de las coyunturas económicas o regulatorias, pues resulta evidente la pérdida real del poder adquisitivo de las personas frente al creciente costo de acceder a una vivienda (“digna” o no).

Prueba de lo anterior, y conforme a ese mismo informativo, se señaló que en el año 2018, 1.365.000 personas clasificaban con ingresos suficientes para comprar una vivienda, pero en el año 2024, solo 763.000 (44% menos) personas podrían optar a un crédito hipotecario.

La tesis central es inapelable, pues el desfase entre los ingresos y costos ha mermado la capacidad de compra, reduciendo casi a la mitad el universo de personas que pueden acceder hoy a un crédito hipotecario y por ende, acceder a una vivienda (ahora se entiende el superhabit de viviendas en nuestro país); situación que no se vislumbra con un futuro cercano promisorio si además consideramos otros factores actualmente negativos como las tasas de interés hipotecaria, la inflación persistente (especialmente estos últimos 5 años), el casi nulo crecimiento, la todavía permisología excesiva, el encarecimiento de los precios de la construcción y el endurecimiento del crédito; y eso que no he mencionado, exprofeso, que a fin de año tendremos elecciones, para ponerle más “pelos a la sopa”.

Sin embargo, una visión más sistémica de esta crisis podría enriquecer incluso aún más el análisis, incluyendo de esta forma otros elementos que también influyen en la misma, como la creciente concentración del suelo urbanizable, la especulación inmobiliaria o la insuficiencia de políticas públicas de vivienda en sectores medios, tradicionalmente desatendidos por los subsidios y otras ayudas estatales.

Lo paradójico, es que demanda existe, y mucha, y también un amplio stock de viviendas, dos elementos clave que, en una economía sana o “normal” serían suficientes para que la industria inmobiliaria y de la construcción estuviesen en un “boom” o período de bonanza… pero eso no está pasando acá, precisamente porque el precio de las viviendas y las condiciones de los crédito hipotecarios para comprarlas están totalmente desfasados con la realidad de los ingresos de las personas.

Pensar en soluciones de largo plazo que lamentablemente requieren de una serie de medidas que hoy no pueden tomarse ya sea por falta de voluntad política (la nueva ley de subsidio a la tasa hipotecaria es una, pero no resulta suficiente y no resolverá el problema) o porque definitivamente son muy lentas de implementar dado sus daños colaterales aparejados o simplemente porque rayan en lo onírico, como por ejemplo la reducción de los costos de desarrollo y construcción, hacer crecer definitivamente al país y con ellos los sueldos, reducir las tasas de interés hipotecarias a su nivel histórico más bajo, y controlar la inflación a sus mínimos.

Otra solución pasaría por determinar las remuneraciones en UF, pero el riesgo de afectar fuertemente a las empresas, especialmente a las MiPyME’s, es muy alto.

Así, y en lugar de aspirar a grandes soluciones macro, quizás el enfoque más efectivo sería impulsar una serie de medidas coordinadas entre ellas, tácticas e innovadoras, que si bien no van a resolver el problema de raíz, sí pueden mitigar sus efectos y reactivar paulatinamente el acceso a la vivienda en forma rápida, que es lo que se desea al final.

La primera propuesta, consiste en el diseño de mecanismos que permitan a dos o más personas (familiares, amigos, parejas no formalizadas) postular a un crédito conjunto, con reglas claras de copropiedad; lo que permitiría ampliar el universo de la demanda susceptible de crédito, sin que con ello se aumente el riesgo bancario por insolvencia del deudor.

Otra propuesta, pasaría porque el Estado disponga de terrenos fiscales en arriendo a largo plazo para proyectos habitacionales mixtos, o promueva figuras de usufructo habitacional en terrenos privados no utilizados, a cambio de incentivos tributarios reales, no transitorios o limitados.

Una tercera propuesta, consiste en el rediseño del sistema de subsidios estatales que permitiera atender a quienes no califican para subsidios sociales pero tampoco pueden financiar una vivienda sin ayuda. Es decir, una versión “2.0” del DS1, como figura especial y focalizada a la clase media de dicho subsidio. Esta política, aplicada con éxito (obviamente) en países como Canadá y Australia, podría adaptarse al contexto chileno.

Otra propuesta, vendría siendo la necesaria industrialización de la construcción y digitalización de la permisología, a través de incentivos a procesos constructivos industrializados (prefabricados, modulares, etc.) y digitalizar por completo la cadena de permisos de edificación, reduciendo así plazos, costos e incertidumbres para los desarrolladores y generando externalidades positivas hacia los precios.

Finalmente, sugiero incorporar en las políticas públicas y en las decisiones financieras, un indicador nacional de acceso a la vivienda (similar al índice de accesibilidad urbana utilizado en algunas ciudades europeas), lo que permitiría orientar y focalizar adecuadamente los esfuerzos públicos y privados, los subsidios, los desarrollos y las inversiones en vivienda y en infraestructura urbana.

Para terminar, este bajón inmobiliario o crisis inmobiliaria, como ha sido nombrado, contrario a lo que se podría pensar, no es solo un problema de mercado, es una alerta social y una oportunidad política, ya que lo que está en juego es la capacidad de las personas de proyectar su vida en un entorno urbano accesible y equitativo.

Esta crisis, aunque estructural, pero bien manejada puede abrir el paso a una reinvención del modelo habitacional chileno, con más innovación, colaboración público-privada, y una visión que ponga al habitante (y no solo al comprador) en el centro de la política urbana.

Dropshipping y el mercado inmobiliario, una oportunidad para repensar la intermediación

En la última década, el dropshipping ha transformado el comercio electrónico. Su fórmula es simple pero poderosa: permitir que emprendedores comercialicen productos sin necesidad de contar con inventario propio, delegando la logística a terceros y concentrando sus esfuerzos en atraer clientes, generar visibilidad y gestionar la relación comercial.

Si trasladamos esta lógica al mercado inmobiliario, surgen paralelos que invitan a la reflexión sobre la intermediación y la forma en que se estructuran los negocios de corretaje.

El corredor de propiedades, al igual que el dropshipper, no es dueño del activo que comercializa. Su valor agregado radica en generar visibilidad de los activos en plataformas y redes de contacto, administrar la relación comercial con potenciales interesados y asegurar confianza en la transacción.

En ambos modelos, la ganancia se concreta únicamente cuando la operación se cierra, consolidando la relevancia de la eficiencia comercial y la capacidad de mediación.

Respecto a los puntos de convergencia, hay que pensar en un inventario externo: ni el e-commerce ni el corretaje dependen de activos propios, competencia intensa y estandarización: la diferencia no reside en el producto, sino en cómo se comunica y se gestiona.

Asimismo, la dependencia de terceros: la disponibilidad y las condiciones no están bajo control directo del intermediario y el valor en la experiencia y el marketing: el éxito depende de la confianza, la diferenciación y la eficacia comercial.

El dropshipping abrió la puerta a modelos más ágiles y democratizados en el comercio digital. En inmobiliaria, este enfoque puede inspirar iniciativas como por ejemplo un catálogos compartidos de propiedades de fondos de inversión, desarrolladoras o propietarios y corredores enfocados en estrategia digital y comercial, mientras la gestión contractual y administrativa queda en manos de estructuras especializadas.

El desafío del sector inmobiliario no es solo gestionar activos, sino repensar la intermediación desde la eficiencia, la digitalización y la experiencia del cliente. Así como el dropshipping reconfiguró el comercio electrónico, hoy existe una oportunidad clara para adoptar aprendizajes que incrementen la competitividad, generen valor agregado y fortalezcan el ecosistema inmobiliario.

Invitamos a desarrolladores, fondos, brokers y plataformas a abrir este debate y explorar modelos colaborativos e innovadores que respondan a un mercado cada vez más dinámico y exigente.

Arriendos en UF: la ley que regula las rentas y la devolución de garantías

En un escenario de inflación persistente y reajustes constantes en el mercado de la vivienda, los contratos de arriendo pactados en Unidades de Fomento (UF) se han consolidado como una práctica extendida en Chile. La fórmula permite a los propietarios protegerse de la pérdida de valor de sus ingresos, pero también ha generado controversias en torno a la devolución de las garantías.

La Ley N° 18.101 sobre Arrendamiento de Predios Urbanos, en su artículo 2°, faculta a las partes a fijar la renta en moneda nacional o en UF. Se trata de una disposición que entrega libertad contractual y que, en los últimos años, ha motivado a un número creciente de arrendadores a inclinarse por la UF como referencia.

“Es un mecanismo legítimo y perfectamente válido en Chile. La renta puede fijarse en pesos o en unidades de fomento, lo importante es que quede claramente establecido en el contrato”, explica un abogado especialista en derecho inmobiliario.

El problema surge cuando los propietarios —que reciben la garantía en UF— pretenden devolverla en pesos sin aplicar el reajuste correspondiente. Según expertos, aquello podría considerarse una práctica abusiva, ya que implica una pérdida automática para el arrendatario producto de la inflación.

La situación se torna más compleja al momento de pactar el mes de garantía. Aunque la legislación no establece un monto específico ni un formato único, la práctica común ha sido exigir uno o dos meses de renta como respaldo frente a eventuales daños o incumplimientos.

En este punto, la Ley N° 19.496 de Protección al Consumidor adquiere relevancia. Dicha normativa califica como abusivas aquellas cláusulas que generan un desequilibrio significativo entre las partes. “Devolver una garantía en pesos, cuando fue recibida en UF, es un ejemplo claro de asimetría contractual. Lo que ingresa en UF debe devolverse en UF, de lo contrario el arrendatario ve disminuido su patrimonio sin justificación”, subraya un académico de la Universidad de Chile.

Jurisprudencia y tendencias

En los últimos años, los tribunales de arrendamiento han ratificado este criterio, fallando en favor de arrendatarios que demandaron la devolución de garantías en la misma unidad en que fueron entregadas. Se trata de una jurisprudencia que refuerza la noción de equivalencia contractual como principio rector en materia de arriendos.

De hecho, abogados consultados advierten que las controversias en torno a garantías han aumentado en paralelo a la mayor utilización de la UF como referencia de pago. “La recomendación para ambas partes es explicitar en el contrato la forma de devolución de la garantía, dejando claro que se efectuará en la misma unidad pactada al inicio”, indican.

La discusión cobra especial relevancia en un contexto donde la oferta de arriendos en UF ya no es exclusiva de sectores de altos ingresos. Hoy, proyectos inmobiliarios de rango medio también incorporan este mecanismo, ampliando el alcance del debate.

Para los propietarios, la UF representa un blindaje frente a la inflación; para los arrendatarios, supone un mayor costo de acceso, pero también la necesidad de exigir transparencia y equidad en la devolución de su garantía.

En síntesis

El arriendo en UF es legal y cada vez más frecuente en Chile. Sin embargo, la devolución de la garantía en valores “congelados” se enfrenta a cuestionamientos legales y éticos. La regla implícita que hoy respalda la jurisprudencia es clara: si se recibe en UF, se debe devolver en UF.

La casta política muda ante cierto tipo de corrupción

Por: Patricio Herman Pacheco, Fundación Defendamos la Ciudad

El comando político de Jara criticó que el mediático empresario Juan Sutil, quién ya se considera un rock star al anunciar por la prensa que «ya tomó la decisión de con quien se sacará la foto» (sic), haya ingresado a la primera línea de la candidatura de Matthei.

Otro empresario, mejor dicho inversionista, Nicolás Ibáñez, millonario heredero de los antiguos supermercados Almac, ya les rayó la cancha a los 3 candidatos de derecha, al expresarles públicamente y con sentido imperativo, teniéndose presente su calidad de admirador de Pinochet, que no habrá dinero para sus campañas si no proceden como él desea.  

Las encuestas indican actualmente que entre Jara y Kast está la pelea para llegar a la final, pero todo puede suceder el próximo domingo 16 de noviembre, pues los nombres de Parici y Enríquez-Ominami se observan que van «por los palos.

Pero, tal como están las cosas, sin que nadie me lo haya consultado, como conocedor y crítico de nuestra endeble institucionalidad, deberé abstenerme de ir al lugar de votación, pues salga quien salga elegido como presidente (a) el despelote se mantendrá sin variaciones, pues los que ejercen el poder político, de extremo a extremo, son simples amanuenses de quienes disfrutan del poder económico.   

Nuestros dichos en columnas de opinión y en entrevistas en medios no capturados por la élite, nunca desmentidos, están avalados por el silencio cómplice de todos aquellos que viven a sus anchas con los suculentos ingresos que reciben mensualmente del erario nacional y como un brutal ejemplo de ello, tenemos el caso del empresario de la construcción, José Miguel Martabit, quien edificó su mansión de 3.600 m2 en el borde del lago Villarrica, sin el permiso de edificación correspondiente.

Este osado hombre de negocios disponía de una autorización administrativa del director de obras municipales (DOM) de Pucón para construir una casa-habitación de un poco más de 200 m2, pero como no se conformó con una vivienda tan chica, conocedor de la frecuente impunidad en boga, construyó los 3.600 m2. Por tal elemental motivo existen innumerables «observaciones» y multas cursadas por ese funcionario municipal y dada la amistosa relación del empresario con el Seremi Minvu de La Araucanía, éste funcionario de gobierno tuvo la patudez de ordenar al DOM de Pucón que cursara el permiso para así regularizar la situación que incomodaba al particular.

Ante este eficaz lobby del privado el alcalde de Pucón, Sebastián Álvarez, está recurriendo a la Contraloría General de la República para que haga imperar la ley. Dicho sea de paso, la mayoría de las casas construidas en la orilla de ese lago, conforme a un anterior análisis del ente fiscalizador, se encontraban en situación irregular, lo que acontece en todas partes del país. Afortunadamente, desde hace algunos años, la dirección de avaluaciones del Servicio de Impuestos Internos (SII) dispone de drones para detectar las viviendas construidas y aunque no estén recibidas por los municipios, ni tampoco inscriptas en los Conservadores de Bienes Raíces, igual se cursan los pagos de las contribuciones a sus poseedores.  

Pues bien, con la arquitecta Cynthia Ross, ex funcionaria del Minvu, el jueves 07/08/2025 teníamos agendada una entrevista a las 15.30 horas con la alcaldesa de Las Condes, Catalina San Martín, para insistirle nuevamente que debía recurrir al Consejo de Defensa del Estado (CDE) para que el ex alcalde Joaquín Lavín respondiera ante la Justicia por la inexcusable negligencia cometida por él, en orden a asumir un rol que no le correspondía, «error» consciente o inconsciente, que le significó a esa municipalidad pagarle graciosamente US$ 10 millones a la Inmobiliaria Nueva El Golf SpA. A la alcaldesa San Martín se le olvidó asistir a la audiencia o bien no pudo estar presente por tener otro compromiso más interesante, razón por la cual nos recibieron la abogada Alicia De la Cruz y el abogado Jorge Gutiérrez, directora jurídica y profesional experto en litigios, respectivamente.

En la aludida cita, la abogada De la Cruz nos informó que tanto ella como la alcaldesa San Martín, se habían reunido recientemente con Raúl Letelier, presidente del CDE, para tratar este burlesco desaguisado, más otros dos imputables a administraciones anteriores, expresándonos que el municipio, a través de sus abogados externos, iniciará acciones judiciales en «contra de quienes resulten responsables», ante lo cual se le respondió inmediatamente que así no se iba a llegar a ningún lado.

Se le explicó a la competente abogada que el deber de dicho municipio es perseguir la responsabilidad del único responsable en el perjuicio monetario y que solo un Fiscal del Ministerio Público tiene las herramientas idóneas para conocer las motivaciones que tuvo Lavín para equivocarse y por ende beneficiar al privado. 

Ya para reírse, hay un Programa para el Mejoramiento de la Gestión, PMG, originado en la Ley N° 19.803, del año 2002, cuyo objetivo es asignarles bonos extraordinarios mensuales a los funcionarios municipales de planta y a contrata que ejecutan correctamente sus trabajos, dineros que están afectos a las imposiciones e impuestos de quienes los reciben. Naturalmente todos los alcaldes, concejales y el resto de los funcionarios, debido a que cumplen «rigurosamente» ese PMG, se hacen acreedores a este sustancioso incentivo, aumentando así en un alto porcentaje sus elevadas remuneraciones, el que se une a la labor de las horas extraordinarias, determinadas por ellos mismos. 

Como observamos, la casta política se las arregla ingeniosamente para disponer de sustanciosos sueldos que nunca podrán recibir si se desempeñan en el sector privado y por ello felicitamos al vecino de Las Condes, Lorenzo Opazo, quien por su calidad de contador auditor, en conocimiento de algunos arreglines en esa municipalidad, se vio en la necesidad de denunciarlos el 24/07/2025 en la Contraloría General de la República.

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