El auge del sector ha estado impulsado por la llegada de nuevas marcas, el aumento de la demanda por vehículos eléctricos y un fuerte repunte tras la pandemia.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
El mercado automotor de la capital chilena ha experimentado una expansión sostenida en los últimos cinco años.
Así lo revela un catastro elaborado por la consultora inmobiliaria Colliers, que cifra en un 54% el incremento de los puntos de venta de automotoras en la Región Metropolitana desde 2019, pasando de 170 a 263 locales distribuidos en distintas comunas del Gran Santiago.
«Esto supone una expansión promedio anual cercana al 10%», señala José Agustín Segura, jefe del Área de Inteligencia de Negocios de Colliers. La pandemia, reconoce, tuvo un impacto negativo en 2020, con una caída del 9% respecto al año anterior.
No obstante, el sector mostró una capacidad de recuperación notable: en 2021 repuntó un 16%, en 2022 escaló un 28% y en 2023 avanzó un 9% adicional. Para 2024, las estimaciones apuntan a un crecimiento del 5%.
El informe de Colliers detalla además la distribución geográfica de los puntos de venta. La comuna de Santiago lidera con el 26,8% del total, equivalente a 67 locales. Le siguen Las Condes (9,2%), Maipú (6%), Providencia y Lo Barnechea (ambas con 5,6%) y Vitacura (5,2%). Comunas como La Florida (3,6%), La Reina (3,2%), La Cisterna, Colina y Huechuraba (cada una con 2,8%) también figuran en el mapa de expansión.
“El mercado automotor ha resistido bien los embates económicos de los últimos años y ha sabido renovarse”, subraya Segura. Según el ejecutivo, parte de este crecimiento se explica por el ingreso de nuevas marcas al país y por una diversificación del parque vehicular: «El alza en la demanda por autos eléctricos, híbridos y de lujo ha sido clave en este proceso».
Aunque las cifras invitan al optimismo, desde Colliers advierten que la evolución futura del sector dependerá de una serie de factores macroeconómicos.
“La expansión podría continuar, pero estará condicionada por elementos como el crecimiento del PIB, la inflación y las tasas de interés, variables que inciden directamente en la capacidad de compra de los consumidores”, concluye el informe.