Estos mercados brindan a los inversores la posibilidad de adquirir propiedades en diferentes etapas, con una rentabilidad potencial del 30%.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
En los últimos años, Paraguay y Uruguay han surgido como destinos atractivos para inversiones inmobiliarias, destacándose por sus ventajas tributarias y por los incentivos destinados a captar capital extranjero.
Empresarios chilenos se han interesado cada vez más en proyectos nuevos en ambos países, impulsados por su estabilidad económica, seguridad jurídica y cercanía geográfica con Chile.
Rafaela Urrutia, corredora propietaria de RE/MAX Titanio en Chile, destacó que la corta distancia en avión entre Santiago y ciudades como Asunción y Montevideo facilita que los interesados visitar puedan proyectos de inversión y tomar decisiones informadas. En Asunción, señaló el éxito del proyecto Petra Tower , vendido en su totalidad, y el próximo Imperial , uno de los rascacielos más altos de Latinoamérica, con precios accesibles y gran potencial de crecimiento.
Montevideo, por su parte, ha apostado por la recuperación de barrios históricos, como el proyecto de Cordón Soho , que además de revitalizar áreas antiguas, fortalece el turismo y ofrece un entorno de tranquilidad característico de Uruguay.
Estos mercados brindan a los inversores la posibilidad de adquirir propiedades en diferentes etapas, con una rentabilidad potencial del 30% dependiendo del avance de la construcción.
Paraguay, con baja inflación y un crecimiento anual del PIB destacado, también ofrece un entorno favorable para la inversión, según Paula Zúñiga, agente de RE/MAX Urbe en Asunción. Los bajos impuestos y la facilidad para obtener residencia, sumados a un entorno político estable, han hecho de este país un destino muy atractivo para inversores.
Uruguay, a su vez, presenta un retorno anual neto por alquiler entre el 5,5% y el 6%, además de una revalorización del 15% al 25% durante la etapa de construcción. Asimismo, cuenta con exoneraciones fiscales bajo la Ley 18.795, que permite beneficios como la exención de IVA, Impuesto al Patrimonio y otros tributos durante un período de 10 años, lo que fortalece aún más su atractivo para los inversores chilenos.