Un reciente análisis de la consultora Colliers destaca cómo la eficiencia energética puede traducirse en importantes reducciones de costos.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
La eficiencia energética en edificios de oficinas se ha convertido en una prioridad tanto para reducir costos operativos como para contribuir a la sostenibilidad ambiental.
En Chile, la implementación de estrategias de optimización energética ha generado ahorros significativos para empresas y administradores de edificios, consolidando esta tendencia como una solución clave para el futuro del sector.
Según Denise Marshall, Gerente de Experiencia Clientes y Mejora Continua de la firma, han asesorado a diversos clientes en la transición de suministros de energía de cliente regulado a cliente libre, permitiéndoles negociar directamente con proveedores para obtener precios más competitivos.
Un caso concreto es el edificio La Concepción, donde a través de la gestión de compra y administración de contratos energéticos junto a EVOL, lograron ahorrar un promedio de $605.739 mensuales. Esto representó un 11% de reducción en la facturación eléctrica, alcanzando en algunos meses hasta un 36,3% de ahorro respecto al mercado regulado. “Este tipo de iniciativas impacta directamente en el costo de los gastos comunes de los usuarios finales, generando un beneficio económico tangible”, explica Marshall.
El marco normativo en Chile también ha impulsado la eficiencia energética en edificaciones. La Ley de Eficiencia Energética establece que las viviendas y edificios de uso público, comerciales y de oficinas deben contar con una Calificación Energética, lo que permite evaluar su desempeño en términos de consumo energético. Además, existen certificaciones como la Certificación de Edificio Sustentable (CES), que evalúa aspectos clave como la calidad del ambiente interior, el uso eficiente del agua y la gestión de residuos.
Estrategias para optimizar el consumo energético
La eficiencia energética en oficinas se puede potenciar mediante diversas estrategias. Una de ellas es la gestión de la iluminación, que consiste en aprovechar la luz natural al máximo, instalar detectores de presencia y utilizar tecnología LED para reducir el consumo eléctrico.
Otra estrategia clave es la optimización de los sistemas de climatización. Implementar equipos eficientes y realizar mantenimientos periódicos mejora el rendimiento de estos sistemas y contribuye a una reducción del gasto energético.
El aislamiento térmico es igualmente fundamental. Mejorar la calidad de ventanas, techos y muros evita la pérdida de energía, optimiza la climatización y reduce la necesidad de calefacción o aire acondicionado excesivo.
Por último, el uso de energías renovables juega un papel esencial en la eficiencia energética. La instalación de paneles solares y otras fuentes de energía limpia contribuye a la reducción de costos operativos y a una operación más sustentable.
Con un contexto marcado por la necesidad de reducir el impacto ambiental y mejorar la rentabilidad operativa, las estrategias de eficiencia energética seguirán ganando relevancia en el sector inmobiliario de oficinas. A medida que las regulaciones avanzan y las tecnologías se hacen más accesibles, se espera que más edificios adopten estos modelos para optimizar su consumo energético y mejorar su competitividad en el mercado.
La eficiencia energética no solo es una tendencia, sino una necesidad para el futuro del sector inmobiliario. La combinación de regulaciones, innovación y compromiso empresarial permitirá que más edificios de oficinas adopten soluciones sostenibles, beneficiando tanto a las empresas como a los usuarios finales.