Inspirada en las características más valoradas de una casa essta propuesta busca reinventar la vida en departamentos.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
La forma de vivir está cambiando y con ello también la manera de diseñar los espacios. En un contexto donde la densificación urbana ha obligado a mirar hacia arriba, una nueva tendencia arquitectónica comienza a tomar fuerza en Chile: la “privacidad en altura”.
Inspirada en las características más valoradas de una casa —como la amplitud, la intimidad y la independencia— esta propuesta busca reinventar la experiencia de vivir en departamentos, y ya está siendo adoptada por algunas de las principales inmobiliarias del país.
Siena Inmobiliaria, con más de 60 años de trayectoria, ha sido una de las pioneras en interpretar esta evolución. Tras realizar un completo estudio de mercado, detectaron que las personas buscan espacios más amplios, proyectos de baja densidad, vistas despejadas y, sobre todo, mayor privacidad y desconexión del ruido urbano y de los vecinos.
Este diagnóstico dio origen al innovador proyecto Altavista San Damián, que recientemente inició obras en el sector de San Carlos de Apoquindo, en Las Condes, con un 30% de las unidades vendidas en blanco.
El proyecto encarna fielmente este nuevo enfoque: un edificio de solo cuatro pisos, diseñado con vacíos estructurales entre departamentos para evitar el contacto directo y mejorar la aislación.
Además, cuenta con ventanas y terrazas orientadas estratégicamente para no enfrentarse con otras unidades, entregando vistas despejadas hacia el entorno natural, que es parte central de esta arquitectura sensible al contexto.
En lo técnico, destaca el uso de materiales de alto estándar que refuerzan el confort y el silencio, como el piso Silent Walk que reduce hasta 21 decibeles de ruido, y ventanas termopanel Low-E, que aíslan tanto térmica como acústicamente, además de proteger contra rayos UV.
Este modelo habitacional —que prioriza el bienestar, el entorno y la experiencia del habitar— se alinea con lo que muchos urbanistas llaman «una arquitectura a escala humana», y representa un giro en la forma de abordar el desarrollo inmobiliario: ya no se trata solo de construir más, sino de construir mejor.
Con superficies desde 124 hasta 140 m² más terrazas de gran tamaño, todas las unidades mantienen un estándar DFL2 y están pensadas para quienes desean la calidad de vida de una casa, pero en altura.
“La respuesta del mercado ha sido clara. La gente quiere volver a vivir con espacio, en tranquilidad, y sin sacrificar conectividad ni servicios. Es una tendencia que llegó para quedarse”, concluye Ana María del Río, gerente Comercial de Siena.