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enero 3, 2025 12:13 am

Cambio climático e inversión inmobiliaria: ¿Estamos realmente preparados?

Por: Tomás Charles, CEO de Fraccional.cl

El cambio climático ya no es una amenaza abstracta, es una realidad y al considerar la compra de una propiedad, ya sea para vivir o invertir, rara vez le damos al clima la importancia que merece.  Nos enfocamos en encontrar un buen barrio, negociar el precio y calcular la cuota del crédito, pero ¿qué sucede si un día nuestra propiedad es arrasada por una inundación o un incendio forestal?

Los ejemplos sobran. Las inundaciones protagonizadas por un sistema frontal hace un mes en gran parte del territorio nacional evidenciaron nuevas catástrofes naturales, incluyendo desbordes de ríos. Le sigue el temporal que dejó por semanas a personas sin suministro eléctrico y de agua. En 2023, el fenómeno del Niño provocó lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra en países como Perú, Bolivia y Chile. Lo que alguna vez fue considerado una anomalía ahora es una tendencia creciente, que parece destinada a continuar.

El impacto del cambio climático en el sector inmobiliario es inevitable porque las propiedades están ancladas a su ubicación. No podemos simplemente mudarlas a un lugar más seguro cuando el clima se vuelva hostil. Aquí radica el verdadero desafío: debemos pensar no solo en el presente, sino en cómo serán esas zonas en las próximas décadas. ¿Estamos realmente preparados para tomar decisiones inmobiliarias con esta perspectiva?

Y es que debemos aclarar que el cambio climático no es solo calentamiento, también incluye más frío, más lluvia, más vientos, más calor, más sequía, etc. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo arroja luz sobre cómo el aumento de temperaturas ya está afectando la vida diaria. Para 2030, las proyecciones indican que se perderá al año el equivalente a más del 2% del total de horas de trabajo en todo el mundo y, según la OMS, entre 2030 y 2050, se espera que el cambio climático cause aproximadamente 250.000 muertes adicionales. Estos datos son una advertencia que no podemos ignorar.

Es hora de ser realistas: el cambio climático es un factor decisivo en la inversión inmobiliaria. Si seguimos haciendo caso omiso, el precio a pagar será alto, y no solo en términos financieros. Las políticas “verdes” avanzan con lentitud, mientras el clima no espera. Y aunque algunos lugares serán más golpeados que otros, todos estamos en la misma tormenta.

Si estás considerando invertir en propiedades, no basta con mirar el barrio o el precio. Identifica los riesgos climáticos de la zona y toma decisiones informadas. Proteger tu inversión es más que una cuestión económica; es una apuesta por el futuro en un mundo cada vez más incierto.

¿Cómo vemos el cambio climático y la inversión inmobiliaria?

El cambio climático se ha convertido en un factor determinante para la inversión inmobiliaria, transformando la forma en que se analizan los riesgos y las oportunidades en este sector.

Durante las últimas décadas, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la subida del nivel del mar y las políticas cada vez más estrictas de sostenibilidad han obligado a los inversionistas y desarrolladores a replantearse cómo y dónde invertir en bienes raíces.

En un mundo que enfrenta desafíos ambientales sin precedentes, el sector inmobiliario debe adaptarse, innovar y asumir una postura proactiva ante los riesgos climáticos, al tiempo que identifica nuevas oportunidades en mercados emergentes más resilientes.

El impacto del cambio climático en los activos inmobiliarios es palpable. En muchas zonas costeras, por ejemplo, el aumento del nivel del mar y las tormentas más frecuentes han elevado significativamente el riesgo de inundaciones. Ciudades como Miami, Nueva York o incluso la región costera de Chile han visto cómo el valor de las propiedades se ve afectado por la exposición a estos peligros.

En este contexto, los inversores están comenzando a exigir análisis detallados de los riesgos climáticos antes de comprometer capital en proyectos inmobiliarios. Este enfoque preventivo no solo incluye el análisis de la exposición a eventos climáticos, sino también la capacidad de las infraestructuras locales para resistir tales desafíos.

A nivel global, cada vez más gobiernos y organismos reguladores están implementando políticas que exigen a las empresas del sector inmobiliario adoptar estándares de construcción más sostenibles y resistentes al clima. En Chile, por ejemplo, se ha promovido la construcción de viviendas que utilicen tecnologías de eficiencia energética y materiales de bajo impacto ambiental.

Estas regulaciones no solo buscan reducir las emisiones de carbono, sino también fomentar desarrollos que sean capaces de soportar los efectos adversos del clima. Esta tendencia hacia una construcción más ecológica representa una oportunidad para los desarrolladores que logran adaptarse a los nuevos estándares, ofreciendo productos que alinean las exigencias normativas con las expectativas de un público más consciente del medioambiente.

Por otro lado, el cambio climático está redefiniendo el concepto de localización en el sector inmobiliario. Zonas que antes se consideraban de alto valor podrían perder atractivo debido a su vulnerabilidad climática, mientras que otras regiones más resilientes emergen como nuevos focos de inversión.

En este sentido, áreas rurales o suburbanas menos expuestas a desastres naturales se están volviendo atractivas tanto para compradores como para inversores. El caso de ciudades en el sur de Chile, menos afectadas por la sequía y los incendios, se ha presentado como una nueva oportunidad de desarrollo inmobiliario sostenible.

El uso de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial y el análisis de big data, también juega un papel crucial en la evaluación de riesgos climáticos para el sector. Estas tecnologías permiten a los inversores identificar patrones y prever cómo las condiciones climáticas podrían afectar a las propiedades a largo plazo.

De esta manera, se facilita la toma de decisiones más informadas, lo que reduce la exposición a activos vulnerables y fomenta inversiones en desarrollos más sostenibles y adaptados al cambio climático.

No obstante, el reto más grande al que se enfrenta el sector inmobiliario en esta nueva realidad climática es lograr un equilibrio entre la rentabilidad y la sostenibilidad. Aunque las construcciones ecológicas suelen requerir una mayor inversión inicial, los beneficios a largo plazo, tanto en términos de eficiencia energética como de resiliencia climática, pueden superar con creces los costos.

Además, la demanda de consumidores por viviendas sostenibles sigue en aumento, y las propiedades que cumplen con criterios ambientales estrictos están comenzando a obtener primas en el mercado.

En resumen, el cambio climático está reformulando el paisaje de la inversión inmobiliaria. Los riesgos son evidentes y tangibles, pero al mismo tiempo, las oportunidades para innovar, adaptarse y liderar el cambio hacia un desarrollo más sostenible nunca han sido más grandes.

Las empresas que adopten un enfoque proactivo frente a la crisis climática no solo garantizarán la viabilidad de sus inversiones, sino que también estarán contribuyendo a un futuro más resiliente y sostenible para el sector y para el planeta.

enero 3, 2025 12:13 am
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