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Crisis en el Minvu: Cómo darle en el suelo a la industria de la construcción

Por Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario.

Hace poco se reveló una problemática inquietante: la situación financiera del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Más allá de simples retrasos administrativos, hay deudas vencidas que superan los mil millones de dólares con constructoras, inmobiliarias y proveedores de todas las escalas y regiones del país.

Lo que comenzó como un ambicioso Plan de Emergencia Habitacional, lanzado a fines de 2022 con la promesa de entregar 260 mil viviendas para enfrentar el déficit de 640 mil hogares, se ha transformado -sin ser exagerado- en una bomba de tiempo para toda la industria.

El entuerto es estructural y revela una irresponsabilidad fiscal que resulta difícil de justificar. Lo primero para tratar de explicar esto es que se generaron compromisos que superan ampliamente la capacidad presupuestaria real del Estado y. si bien es cierto, el avance del 85% en la ejecución del programa suena impresionante en términos políticos, el costo ha sido grande: sobre endeudar al Estado y no pagarles correctamente, en tiempo y forma, a los proveedores que hicieron posible ese avance.

Aquí aplica una premisa básica dentro de cualquier economía doméstica: los gastos no pueden superar los ingresos. Si esto lo entendemos a nivel familiar, ¿por qué permitimos que quienes nos gobiernan, supuestamente las personas más capaces y con mayor conocimiento para liderar estos programas, ignoren este principio fundamental? 

Ahora se les pide a las constructoras e inmobiliarias que no facturen hasta marzo del próximo año, cuando, legalmente, el Estado está obligado a pagar a 30 días desde la facturación. Al postergar este proceso hasta después del cambio de gobierno, se está literalmente tirando la pelota al otro lado de la cancha, evadiendo la responsabilidad y dejando que la próxima administración cargue con el problema. 

¿Las consecuencias de esta crisis? Primero, se deteriora aún más una industria que ya viene golpeada en los últimos 5 años. Las empresas no quiebran por patrimonio, quiebran por flujo de caja, y este no pago está empujando a muchos actores del sector hacia la insolvencia y las reorganizaciones.

Por otro lado, hay personas esperando con esperanza que les llegue su vivienda, y si estos proyectos no se desarrollan, tendrán que esperar meses o incluso años más para cumplir el sueño de la casa propia.

Y tercero, el impacto en las pymes proveedoras es devastador. A diferencia de las grandes constructoras e inmobiliarias, estas empresas no tienen la espalda financiera para soportar este golpe, al no tener acceso al crédito en las mismas condiciones, y no pudiendo hacer frente a sus propios compromisos.

En el mejor de los casos, muchas tendrán que postergar pagos o pedir créditos con costos adicionales no contemplados y, en el peor escenario, enfrentarán la quiebra, con todo lo que eso implica: desempleo, pérdida de oportunidades y más deterioro del tejido productivo.

Lo más grave es que esta crisis no se limita a la Región Metropolitana, ya que hay constructoras e inmobiliarias comprometidas en Talca, Concepción, el norte del país y prácticamente todas las regiones. Hay empresas a las que se les deben 40 millones de dólares, otras 20 millones. La magnitud varía, pero el problema es transversal y afecta a actores de distintos tamaños y rubros.

El mensaje que se está enviando al mercado es letal para la confianza inversionista. Si el Estado no cumple con sus obligaciones contractuales, ¿qué incentivo tiene el sector privado para seguir participando en programas sociales? La colaboración público-privada, fundamental para resolver el déficit habitacional, se está destruyendo por una gestión financiera irresponsable.

Experto advierte sobre la industria de la construcción expuesta a estafas y fraudes en transacciones

Junto con ser uno de los principales empleadores del país, esta industria enfrenta desafíos para no caer en actividades fraudulentas que podrían causarle pérdidas de miles de millones de pesos.

Por: Equipo Mercados Inmobiliarios

Abarcando el 15% del total de empleo nacional -solo superada por el comercio-, según datos de INE, la construcción es el segundo mayor empleador del país. Es por ello que suele ser visto como un barómetro del crecimiento y desarrollo de la nación. Su relevancia es tal que representa el 7% del PIB en términos de facturación, siendo la quinta industria más importante a nivel nacional.

Sin embargo, estos números contrastan con los niveles de precariedad e informalidad con los que se desenvuelve. Plantillas manuales, sistemas de pagos poco automatizados, son parte de la realidad que la hace ser víctima fácil de hackers y fraudes en las transacciones de importantes sumas de dinero.

“Es aconsejable que esta industria de un salto importante para crecer y dejar atrás la informalidad en la que, muchas veces, trabaja”, afirma Patricio Cortés, fundador de Merlyn, plataforma chilena que detecta y previene fraudes en las transacciones de facturas entre las corporaciones.

Dada su experiencia evitando este tipo de estafas, el experto en ciberseguridad da algunas pautas que debería seguir este sector para modernizarse y evitar ser víctima de estos problemas. “Lo primero es dejar de operar con tantos procesos manuales y poco sofisticados. Es una industria que no está a la vanguardia en términos tecnológicos, lo que no se condice con la cantidad de recursos que mueve. Por eso es fundamental que invierta en herramientas más sofisticadas y acercarse a los niveles de protección que tienen otras industrias”, asegura Patricio Cortés.

Además, entrega otro dato importante para tener en cuenta: invertir en ciberseguridad es ahora un imperativo para las empresas. Esto porque la nueva Ley de Delitos Económicos exige que las corporaciones tomen las medidas necesarias para prevenir estas estafas, de lo contrario sus directores pueden ser acusados, incluso, penalmente. “

Dentro del mundo de la construcción, en el que muchos procesos no están digitalizados o no hay una fiscalización exhaustiva, hay un espacio que muchos hackers ya están utilizando. Cubrir esos agujeros tecnológicos utilizando las herramientas que hoy existen, como Merlyn, puede marcar la diferencia entre ser o no acusado por dolo o negligencia”, concluye el experto.

05/11/2025 09:39
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