Su objetivo era disminuir la incertidumbre de los contratos de largo plazo, advierte la especialista.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
Tras la reciente aprobación en general por parte de la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados del proyecto de ley que busca eliminar el uso de la Unidad de Fomento (UF) en contratos vinculados a créditos hipotecarios, arriendos, salud y educación, desde el sector inmobiliario se han encendido las alertas por los efectos adversos que esta medida podría generar sobre la inversión, el acceso a la vivienda y la estabilidad financiera de largo plazo.
Al respecto, Alison Ramírez, CEO de Avance Inmobiliario, señaló que “aunque comprendemos la preocupación legítima de las personas frente a pagos en UF en un contexto de ingresos estancados, eliminar este mecanismo sin reemplazos técnicos viables sería un error grave, con efectos directos sobre la capacidad de miles de familias para acceder a financiamiento y concretar el sueño de la casa propia”.
La UF fue creada durante el gobierno del expresidente Eduardo Frei Montalva como una herramienta para proteger los créditos y los ahorros frente a una inflación elevada y volátil. Su objetivo era —y sigue siendo— disminuir la incertidumbre de los contratos de largo plazo, especialmente en sectores como el inmobiliario, donde las decisiones de inversión se proyectan a 20 o 30 años.
Desde su creación, ha sido fundamental para el desarrollo del crédito hipotecario en Chile, permitiendo tasas más bajas y productos financieros viables tanto para las instituciones como para las familias.
“Eliminar la UF no reduciría los precios de manera automática. Por el contrario, aumentaría el riesgo percibido por las instituciones financieras y esto se traduciría en tasas de interés más altas, mayores exigencias de pie y plazos más cortos. El resultado sería más exclusión financiera, en un mercado que ya presenta barreras de entrada importantes”, agregó Ramírez.
Si bien el contexto inflacionario actual es distinto al de las décadas del 60 y 70, con una meta de inflación estable en torno al 3%, los últimos años han demostrado que dicha meta no siempre se cumple, sobre todo en contextos de incertidumbre económica global. Por ello, la UF sigue cumpliendo un rol clave en la planificación financiera y la inversión de largo plazo.
Desde Avance Inmobiliario reconocen que es necesario revisar los usos actuales de la UF, particularmente en contratos de corto plazo como arriendos o servicios educacionales, donde podría existir un desbalance entre las partes.
En ese sentido, lo idóneo sería avanzar hacia una regulación más clara y focalizada que delimite el uso de la UF a contratos donde efectivamente se justifique su aplicación como instrumento de resguardo inflacionario.
“Más que eliminar la UF, el desafío está en modernizar su uso. La discusión pública debe centrarse en cómo utilizarla de forma justa, eficiente y transparente, evitando abusos pero sin desmantelar un instrumento que ha permitido financiar viviendas, construir hospitales, levantar escuelas y sostener el ahorro previsional de millones de chilenos”, concluyó la CEO de Avance Inmobiliario.