Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS
La próxima promulgación y publicación de las modificaciones legales a la antigua Ley N° 19.628 de Datos Personales, representará un cambio significativo en la regulación del manejo de dichos datos, planteando un nuevo estatuto jurídico en la administarción de datos personales de las personas así como de varios desafíos para el negocio inmobiliario.
Esta ley tiene como principal objetivo fortalecer la protección de la privacidad de las personas y establecer un marco jurídico claro para el tratamiento de datos personales, significando importantes desafíos para el negocio inmobiliario.
Para cumplir con la nueva Ley de Protección de Datos Personales en Chile, las inmobiliarias deberán implementar una serie de medidas específicas que aseguren el manejo adecuado de los datos personales de sus clientes y otros interesados.
Las inmobiliarias deberán también asegurarse de obtener el consentimiento explícito, informado y específico de los titulares de los datos antes de recolectar, recopilar, procesar, compartir o utilizar la información, debiendo los usuarios ser claramente informados sobre el propósito del tratamiento de sus datos y dar su autorización de forma pudiendo también revocarla.
Es fundamental para la inmobiliaria desarrollar y publicar políticas de privacidad que expliquen cómo se recopilan, utilizan, almacenan y protegen los datos personales. Estas deberán incluir información sobre los derechos de los titulares de los datos, como el acceso, rectificación y eliminación de su información.
Las inmobiliarias deberán asimismo implementar medidas de seguridad técnicas y organizativas adecuadas para proteger los datos personales contra el acceso no autorizado, la alteración o la pérdida. Esto puede incluir herramientas tecnológicas como el uso de cifrado, controles de acceso y auditorías regulares de seguridad.
Por otro lado, será esencial capacitar a todos los empleados sobre las obligaciones de la ley y las políticas internas de protección de datos, incluyendo la sensibilización sobre la importancia de la privacidad y la seguridad de la información.
Las inmobiliarias deberán respetar y facilitar el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, bloqueo, portabilidad, entre otros, de los titulares de datos; debiendo tener y establecer procedimientos claros para que los titulares de los datos puedan ejercer sus derechos mencionados, lo que implica también contar con un sistema para recibir, atender y gestionar solicitudes de los usuarios de acceso a sus datos; así como también deberán llevar un registro detallado de las actividades de tratamiento de datos personales, incluyendo qué datos se recopilan, con qué propósito, y cómo se almacenan y protegen. Esto es crucial para demostrar el cumplimiento ante la Agencia de Protección de Datos.
Si se manejan datos sensibles o se realizan tratamientos de alto riesgo, es recomendable realizar evaluaciones de impacto sobre la protección de datos para identificar y mitigar riesgos potenciales; por lo que tambén es relevante revisar y actualizar los contratos con proveedores y socios comerciales que manejen datos personales en nombre de la inmobiliaria, asegurándose de que también cumplan con la ley.
Asimismo, será recomendable que las inmobiliarias designen un Delegado de Protección de Datos (DPD) que supervise el cumplimiento de la normativa y actúe como punto de contacto entre la empresa y la Agencia de Protección de Datos.
En caso de que ocurra una violación de datos personales, las inmobiliarias deberán notificar a esta Agencia sus brechas de seguridad, así como a los titulares afectados, cumpliendo con los plazos establecidos por la ley.
Así, el cumplimiento de estas obligaciones no solo será esencial y ayudará a las inmobiliarias a cumplir con la nueva legislación para evitar sanciones, sino que también será una oportunidad para que las empresas inmobiliarias fortalezcan y fomenten la confianza de los clientes y consumidores al demostrar un compromiso serio con la protección de datos personales.
Adaptarse a estas nuevas regulaciones será crucial en un entorno donde la privacidad de la información es cada vez más valorada por los ciudadanos y por los clientes.