El mercado inmobiliario en Chile ha experimentado una evolución importante en los últimos años, reflejando tanto la madurez de las comunas consolidadas como el surgimiento de nuevas áreas de interés.
A pesar de la desaceleración provocada por la pandemia, el sector ha mostrado resiliencia, con proyecciones optimistas hacia 2024. La clave está en la capacidad de adaptación del mercado, las inversiones en infraestructura y la demanda cambiante de los consumidores.
En las comunas consolidadas de Santiago, como Las Condes, Vitacura, Ñuñoa y Providencia, el desarrollo inmobiliario sigue en auge. Estas áreas han logrado consolidarse como centros clave debido a su alta calidad de vida, acceso a servicios, y una sólida conectividad con el resto de la ciudad.
La demanda de propiedades en estas comunas no solo ha mantenido su estabilidad, sino que ha aumentado debido al interés de inversionistas y familias que buscan seguridad y comodidades.
Por otro lado, el crecimiento de las comunas periféricas como Colina, Chicureo, Maipú y Quilicura representa una tendencia cada vez más marcada.
En estos lugares, el costo de las viviendas es más accesible, y los desarrolladores han sabido capitalizar en la construcción de proyectos habitacionales que ofrecen mayor espacio y calidad de vida.
Esto es especialmente relevante en el contexto de la pandemia, donde la búsqueda de propiedades con áreas verdes y espacios abiertos se incrementó significativamente.
Además, los avances en infraestructura pública, como la expansión de la red de metro en Santiago, están redefiniendo el panorama inmobiliario.
La nueva Línea 7 del metro, que conectará comunas tradicionalmente marginadas como Renca, Cerro Navia y Quinta Normal, abrirá nuevas oportunidades de desarrollo.
Esto no solo facilitará el acceso de los residentes al centro de la ciudad, sino que también atraerá inversión inmobiliaria a estas zonas, que hasta ahora han estado relativamente subdesarrolladas.
Las cifras recientes de la Cámara Chilena de la Construcción indican que, a pesar de una desaceleración en las ventas de viviendas nuevas en 2023, se espera una recuperación gradual en 2024.
El optimismo está respaldado por el aumento en la inversión y la consolidación de proyectos que habían sido postergados durante la pandemia. Zonas como La Florida y Puente Alto también están viendo una expansión considerable, lo que refleja la diversificación del desarrollo inmobiliario en la capital.
El panorama inmobiliario en Chile es dinámico, con comunas tradicionales que siguen liderando el mercado, mientras que otras emergen gracias a la mejora en su conectividad y precios competitivos.
La diversificación geográfica y la inversión en infraestructura serán claves para continuar impulsando el crecimiento sostenido del sector, ofreciendo oportunidades tanto para inversionistas como para quienes buscan un nuevo hogar.
Este escenario pone de manifiesto que, a medida que el país avanza, el sector inmobiliario continuará siendo uno de los motores principales de la economía, siempre que se sigan desarrollando proyectos en sintonía con las necesidades de los ciudadanos y las realidades del mercado.