Esta tendencia, impulsada por el deseo de sostenibilidad y personalización, transforma los espacios actuales con un aire vintage lleno de carácter y originalidad.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
El final de 2024 y el inicio de 2025 marcan el regreso de una tendencia que siempre parece encontrar su camino de vuelta: el estilo de los años 70. Esta corriente de nostalgia revive con fuerza, trayendo elementos retro o vintage que llenan los hogares con una estética marcada por el uso de colores vibrantes, muebles de época, y la inconfundible mezcla de materiales y texturas que caracterizaron esa década. Aunque las modas suelen ser cíclicas, en esta ocasión, la década de los setenta parece tener un renovado protagonismo en el diseño de interiores.
Uno de los pilares de esta tendencia es la paleta de colores, donde predominan tonos llamativos como el naranja, amarillo mostaza, verde oliva y azul intenso, complementados con colores más neutros como el marrón tierra.
Estos colores, que remiten directamente a esa época, llenan los espacios de energía y dinamismo. Junto a ellos, materiales como la madera oscura, combinada con cristal coloreado y detalles metalizados, ayudan a construir un ambiente auténtico que mezcla lo retro con toques modernos.
El mobiliario es otro de los protagonistas clave de este renacimiento. Piezas de líneas curvas y patas altas, típicas de los años 70, reaparecen en los hogares, muchas veces combinadas con muebles más modernos, generando un equilibrio visual atractivo.
Dichos muebles no solo son evocadores de esa década, sino que también aportan carácter y una sensación de historia, especialmente cuando se trata de piezas originales o reproducciones fieles de esa época.
Además de los muebles, el plástico ha logrado ganarse un lugar destacado en esta tendencia. Aunque a menudo menospreciado, el plástico en colores brillantes o su versión en metacrilato encaja perfectamente en este estilo, recordándonos su protagonismo en los hogares de los años 70. Complementando este uso del plástico, otros materiales sintéticos como la formica, el vinilo y el acrílico también regresan para aportar un toque retro a las estancias.
Los estampados, por su parte, se atreven con geometrías y patrones psicodélicos, combinándose con rayas y flores, en un juego visual que potencia la originalidad de la decoración. Los estampados, aplicados en cojines, cortinas o alfombras, reviven la esencia de una época que apostaba por lo atrevido y lo creativo.
El retorno del estilo setentero no solo se refleja en los colores y materiales, sino también en la tecnología. Hoy en día, marcas de electrodomésticos han adoptado líneas de diseño retro con las últimas tecnologías, permitiendo que aparatos como tocadiscos, radios o electrodomésticos conserven un aire vintage mientras integran lo más avanzado. Este detalle añade autenticidad a la decoración, permitiendo que los elementos tecnológicos se conviertan en parte del diseño interior.
Por último, la iluminación juega un papel crucial en el regreso de este estilo, con lámparas que buscan crear escenas dramáticas. Ya sean lámparas de pie, colgantes o apliques, lo importante es generar focos de luz que destaquen ciertos rincones o elementos del hogar, respetando la atmósfera íntima y misteriosa que caracterizó la iluminación de los años 70.
El regreso de esta estética no es casual. En un momento donde la sostenibilidad y la economía circular son temas prioritarios, el estilo retro ofrece una forma de conectar con lo antiguo y reutilizar objetos o muebles, dándoles una segunda vida. Este deseo de personalización y autenticidad, sumado a la nostalgia que evoca esta década, han hecho que la tendencia setentera vuelva con fuerza para darle a los hogares un carácter único y atemporal.
Si bien puede parecer complejo adaptar todas estas ideas al hogar actual, la clave está en no tener miedo a mezclar elementos modernos con detalles retro, creando un espacio equilibrado y lleno de personalidad. Con el uso adecuado de la paleta de colores, materiales y formas, es posible revivir esta tendencia de una manera fresca y contemporánea, sin perder el espíritu original de los años 70.