Por: Joan Dagá Kunze, Director Investemnt Banking Vector Capital.
En Chile, más de 2,5 millones de personas superan los 65 años, y se estima que este grupo crecerá a más de 4 millones para 2040, representando más del 21% de la población. Este envejecimiento de la población plantea desafíos financieros considerables, ya que muchos adultos mayores enfrentan bajas pensiones.
Según la Superintendencia de Pensiones de Chile, la mediana de la pensión autofinanciada es de solo 4,02 UF (aproximadamente CLP$152,000), y con los aportes de APS o PGU, la mediana total asciende a 8,17 UF (CLP$310,000). Esto equivale apenas al 62% del sueldo mínimo, lo que evidencia una brecha significativa entre las necesidades básicas de los jubilados y sus ingresos.
A pesar de que el debate previsional ha sido arduo, existen oportunidades para mejorar la calidad de vida de los jubilados mediante soluciones financieras que no requieren una reforma integral del sistema. ¿Cómo se podría lograr esto?
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Social y Familia de Chile, el 44% de las viviendas del país están en manos de personas mayores de 60 años, lo que representa alrededor de 1,8 millones de hogares. Esta alta participación en el mercado inmobiliario sugiere una oportunidad valiosa para liberar capital y mejorar las condiciones de vida de los jubilados, sin necesidad de modificar por completo el sistema de pensiones.
Los adultos mayores enfrentan problemas de flujo de caja, pero cuentan con una participación significativa en el mercado inmobiliario.
Una posible solución radica en la implementación de hipotecas inversas justas y éticas en activos que se puedan dividir en “acciones”, un mecanismo que permite a los adultos mayores convertir parte del valor de sus propiedades en un flujo mensual de ingresos, manteniendo el derecho a vivir en sus hogares. Este instrumento permite transformar un activo inmovilizado en ingresos estables sin necesidad de vender la propiedad ni desalojar a los jubilados de sus viviendas.
Por ejemplo, un adulto mayor con una vivienda valorada en CLP$100 millones y una pensión de CLP$310 mil, podría acceder a una hipoteca inversa por el 50% del valor de su propiedad. Esto le permitiría recibir pagos adicionales mensuales cercanos a CLP$460 mil. Sumados a su pensión actual, este ingreso extra elevaría su total a CLP$770 mil, un aumento del 148% respecto a su pensión actual. De esta forma, se mejoraría su bienestar sin perder el usufructo de su hogar y conservando el 50% de su propiedad.
La implementación de hipotecas inversas podría transformar la vida de miles de adultos mayores, ofreciéndoles una vida más digna y asegurando el acceso a recursos económicos sin necesidad de cambios estructurales en el sistema de pensiones. Además, presenta una oportunidad para inversores que buscan generar retornos financieros con impacto social positivo, fomentando inversiones éticas. Este enfoque no solo diversifica las fuentes de ingresos de los jubilados, sino que también preserva el patrimonio para las generaciones futuras.