El fenómeno no es casual: en apenas cinco años, las tiendas de mascotas en la Región Metropolitana se han más que duplicado, pasando de 530 en 2020 a 1.159 en 2025, según un catastro realizado por la consultora Colliers.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
En calles de Santiago antes dominadas por ferreterías, almacenes y panaderías, cada vez es más común encontrar boutiques para perros, farmacias felinas o cafés donde los clientes son tanto humanos como sus acompañantes de cuatro patas.
El fenómeno no es casual: en apenas cinco años, las tiendas de mascotas en la Región Metropolitana se han más que duplicado, pasando de 530 en 2020 a 1.159 en 2025, según un catastro realizado por la consultora Colliers.
“Vemos un crecimiento sostenido, aunque más moderado en el último año”, afirma José Ignacio Arteaga, subgerente del Área de Inteligencia de Negocios de la firma. “En 2024 había 1.104 tiendas; hoy, 1.159. Es un incremento del 5%, que contrasta con alzas más agresivas, como la de 2023, cuando el número subió un 30% respecto a 2022”.
El informe identifica a Maipú como el principal polo de este tipo de comercio, con 163 locales, lo que equivale al 14,1% del total en la capital. Le siguen Santiago Centro (86 tiendas), Providencia (73), Las Condes (69) y Ñuñoa (43), revelando una tendencia que cruza comunas de distintos perfiles socioeconómicos.
Más allá de los números, lo que subyace es un cambio cultural profundo: “Se ha producido una humanización de las mascotas. Ya no se gasta solo en comida, sino también en ropa, suplementos, juguetes e incluso servicios de salud y estética”, sostiene Arteaga.
El fenómeno ha transformado no solo el comercio minorista, sino también la forma en que las ciudades piensan sus espacios públicos y servicios. Clínicas veterinarias 24/7, cementerios pet-friendly y hasta seguros de salud para animales son parte de una economía que, aunque nacida del afecto, se ha vuelto cada vez más sofisticada y competitiva.
“Es un mercado con muy buenas perspectivas. La demanda está lejos de alcanzar su techo”, concluye el análisis de Colliers, dejando claro que en el Santiago del futuro, habrá casi tantas tiendas para mascotas como para humanos.