Una firma chilena desarrollará proyectos comerciales en Copiapó, La Serena, Temuco y otras ciudades, apostando a una tendencia urbana que busca acercar los servicios básicos a la vida cotidiana.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
Acceder a todo lo esencial —supermercado, farmacia, colegio, banco o centro médico— caminando o en bicicleta en no más de 15 minutos desde casa. Ese es el eje de una de las principales tendencias urbanas de los últimos años: la “Ciudad de los 15 minutos”, concepto popularizado por el arquitecto colombiano Carlos Moreno y que ganó visibilidad global durante los Juegos Olímpicos de París 2024.
Aunque la idea nació en grandes metrópolis, como París o Bogotá, hoy comienza a ganar terreno en ciudades intermedias de Chile. La firma Atacama Invest, especializada en inversiones inmobiliarias, anunció que desarrollará 10 nuevos proyectos comerciales en ciudades como Copiapó, Los Andes, La Serena, Temuco y Quilpué durante 2025 y 2026.
El objetivo es claro: acercar servicios básicos a los barrios donde hoy viven miles de personas, pero que siguen careciendo de una oferta comercial cercana. “La población en las zonas periféricas creció más de un millón entre 2019 y 2024, pero en muchos casos sin un desarrollo comercial equivalente”, explica Javier García, socio fundador de Atacama Invest.
Con una inversión estimada en más de US$100 millones, los nuevos centros comerciales estarán ubicados estratégicamente en sectores residenciales que hoy funcionan como “barrios dormitorio”. El objetivo es transformarlos en entornos más autónomos, integrados y activos.
“La gente quiere vivir con acceso. Los estudios muestran que el 80% prefiere tener comercio y servicios a no más de 15 minutos de distancia. Este modelo urbano promueve comunidades más conectadas, fortalece el empleo local y dinamiza a las pymes”, señala García.
Los primeros proyectos se levantarán en Copiapó, Temuco y Quilpué, con plazos de construcción de entre 12 y 18 meses. Además, Atacama Invest evalúa nuevas ubicaciones en Puerto Montt, Talca y Curicó, donde la expansión urbana ha superado a la planificación tradicional.
La empresa planea mantener la propiedad de los desarrollos entre 7 y 10 años, para luego agruparlos en un fondo de inversión orientado a actores institucionales, replicando el modelo de sus anteriores proyectos residenciales.
Desde la compañía aseguran que esta nueva fase no solo busca rendimientos, sino también mejorar la calidad de vida urbana. “Queremos construir barrios vivos, con comercio de proximidad y espacios que inviten a quedarse, no solo a dormir”, concluye García.