La demanda por departamentos de 2 dormitorios y 2 baños ya representa el 30% de la oferta en comunas clave de Santiago, reflejando un cambio profundo en la forma de habitar. El fenómeno responde tanto a razones económicas como a transformaciones demográficas y culturales.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
Durante años, el monoambiente fue el símbolo de la vida urbana: compacto, funcional, accesible. Pero ese modelo parece estar quedando atrás.
En el primer trimestre de 2025, los departamentos de 2 dormitorios y 2 baños se han consolidado como la tipología preferida por los chilenos que arriendan, con una participación del 30% en comunas como Santiago Centro, Ñuñoa, Macul y Providencia, según un nuevo estudio de la consultora Transsa.
“Estamos viendo cómo el mercado responde a un cambio silencioso pero muy profundo en la estructura de los hogares”, dice Esteban Jara, subgerente del área de estudios de Transsa. Y no es un fenómeno menor: en las últimas tres décadas, el promedio de personas por hogar en Chile ha disminuido drásticamente, pasando de 4 a solo 2,9.
La baja natalidad —con una caída del 11% en los nacimientos solo el año pasado— es solo uno de los indicadores que apuntan hacia unidades familiares más pequeñas, diversas y flexibles.
Pero el auge del 2D-2B no se explica solo por la vida en pareja o con hijos. Muchos lo ven como una inversión segura. En zonas como Independencia o Quinta Normal, la rentabilidad puede superar el 4,8%, gracias a una alta rotación de arrendatarios.
A pesar de que el mercado aún no muestra señales claras de despegue postpandemia, el interés sostenido por este tipo de viviendas sugiere algo más profundo que una simple preferencia: un nuevo estándar para el hogar chileno. Más que una tendencia, es una declaración sobre cómo —y con quiénes— queremos vivir.