Por: Tracy Dunstan, CRO (Chief Revenue Officer) de Enlaza Ya.
En Chile, parece que construir en los lugares más riesgosos es casi un deporte. ¿Una duna inestable? ¡Perfecto para un edificio! ¿Un río que se desborda cada vez que llueve? Ideal para unas casas junto a la orilla. Y lo mejor es que todo esto se hace con permisos de construcción completamente legales. ¿Cómo es posible? Bueno, parece que las normas en este país son tan flexibles que casi cualquiera puede construir en zonas donde la naturaleza ya nos advirtió: “Mejor no lo intentes”.
La OGUC dice claramente que hay «zonas no edificables» y «áreas de riesgo» en las que, por lógica, no se debe construir. Pero, seguimos construyendo en esos lugares y entregando permisos como si fuera un trámite más. Y cuando el desastre llega, todos nos sorprendemos como si no hubiéramos visto venir que la duna se iba a desmoronar o que el río iba a salirse de su cauce.
Según la OGUC, para edificar en zonas de riesgo se necesita un estudio técnico serio que diga que el proyecto es seguro. Suena razonable, ¿no? Pero a veces estos estudios dejan mucho que desear. Bajo la presión del mercado inmobiliario, las DOM terminan dando permisos como si fueran dulces en Halloween.
El famoso artículo 2.1.17 de la OGUC exige estudios serios y aprobación de especialistas. Pero en la práctica, esos estudios a veces se hacen tan rápido que parece que nadie realmente revisó nada. Las autoridades otorgan los permisos, las inmobiliarias construyen, y cuando el terreno empieza a ceder, todos se hacen los sorprendidos.
Cuando todo sale mal, no son las autoridades ni las inmobiliarias las que asumen las consecuencias. Son los propietarios, quienes confiaron en que todo estaba en regla, los que terminan pagando las medidas de mitigación: muros de contención, sistemas de drenaje o, en el peor de los casos, una mudanza forzada. ¿Y el sueño de la casa propia? Bueno, se transforma en una pesadilla geológica.
Es hora de dejar de construir en lugares que la naturaleza nos ha dicho, repetidamente, que no son seguros. Las normas no pueden seguir siendo una formalidad y las autoridades deben hacer su trabajo de verdad. Porque, al final, no se trata solo de proteger una propiedad, sino de garantizar la seguridad de las personas.
Lamentablemente en Chile, hemos convertido la entrega de permisos de construcción en zonas de riesgo en todo un arte. Pero si seguimos jugando con la naturaleza, los desastres seguirán siendo parte de nuestra rutina. Así que, si tienes planes de construir cerca de un río o en una duna, tal vez sea mejor pensarlo dos veces… o asegurarte de tener un buen plan de evacuación.