Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios en COHLERS & PARTNERS
Las tasas de interés impactarán la demanda de viviendas en Chile para el resto de 2025 de manera importante.
Aunque las tasas hipotecarias han mostrado una ligera disminución y se sitúan en promedio, alrededor del 4,4% real en marzo de 2025, siguen siendo elevadas en comparación con el período prepandemia (alrededor de 3,3% real entre 2015 y 2019), condición que continúa limitando la capacidad de compra de muchos hogares chilenos y echando por tierra el “sueño de la casa propia”.
Las altas tasas encarecen los créditos hipotecarios, incrementando los pagos mensuales y dificultando el acceso a financiamiento para gran parte de la población. Al parecer, el nuevo subsidio al dividendo no ha dado los frutos deseados.
Además, los bancos han endurecido las condiciones, restringiendo plazos y exigiendo mayores ingresos para aprobar préstamos. Esto reduce la demanda efectiva de viviendas nuevas y usadas, contribuyendo a que las ventas sean más débiles en comparación con trimestres anteriores de 2025.
Por otro lado, la combinación de tasas elevadas y un sobrestock considerable de viviendas lleva a que muchas propiedades estén a la espera de los compradores, con precios ajustándose a la baja y descuentos para incentivar la compra. Esta situación puede beneficiar a compradores que cuentan con capacidad de ahorro o inversión para adquirir propiedades a mejores precios, aunque la demanda general permanezca contenida.
Se proyecta que una reducción significativa en las tasas de interés o la implementación de subsidios a la tasa hipotecaria podrían reactivarse en mayor medida la demanda, facilitando el acceso a créditos, reduciendo el costo de las cuotas y aumentando las ventas. Sin embargo, hasta esa mejora consolidada en las condiciones financieras, la demanda de viviendas seguirá limitada.
En síntesis, las tasas de interés altas en 2025 tendrán un efecto restrictivo sobre la demanda de viviendas en nuestro país, encareciendo los créditos hipotecarios, limitando la capacidad financiera de los compradores y contribuyendo a un mercado con oferta elevada y ventas moderadas, aunque con ciertas oportunidades para inversionistas y compradores con recursos o estrategias bien planificadas.