El repunte de la oferta y la cautela de los compradores abren una ventana de oportunidad para negociar, aunque las altas tasas hipotecarias siguen siendo una barrera.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
Después de más de una década de ascensos sostenidos, el mercado inmobiliario de Estados Unidos da señales claras de agotamiento. El precio de la vivienda comienza a ceder, en un contexto marcado por un aumento significativo en la oferta y una demanda cada vez más prudente.
Según las proyecciones de Redfin, se espera una caída del 1 % interanual en los precios hacia el cuarto trimestre de 2025. No se trata de un desplome, pero sí de un giro relevante que pone fin al largo ciclo de encarecimiento del acceso a la vivienda.
“Ya hay espacio para negociar”, afirma Chen Zhao, jefa de investigación económica de Redfin. La recomendación para los interesados en comprar es clara: aprovechar el actual contexto antes de que las condiciones cambien nuevamente.
Los datos respaldan esta nueva etapa: las ventas de viviendas existentes cayeron un 1,1 % interanual en abril, marcando el punto más bajo en seis meses. El tiempo medio para cerrar una operación se extiende ya a 40 días —cinco más que en 2024—, mientras el inventario disponible creció un 16,7 % y las nuevas publicaciones subieron un 8,6 %. La consecuencia directa: los propietarios compiten entre sí, y cerca de la mitad ofrece incentivos como asumir costes de cierre o cubrir reparaciones para concretar la venta.
Tasas altas, expectativas bajas
La principal traba sigue siendo el coste del crédito. Desde 2022, las tasas hipotecarias han mantenido una tendencia ascendente que no da tregua. Para finales de este año, se espera que se sitúen en torno al 6,8 %, un nivel que limita el acceso a financiamiento a pesar de las mejoras salariales. La combinación entre endeudamiento caro y condiciones macroeconómicas inciertas (déficit fiscal, tensiones comerciales, inflación) ha hecho que muchos potenciales compradores opten por esperar.
En paralelo, quienes compraron viviendas entre 2021 y 2022 —cuando el auge alcanzó su punto más alto— buscan vender ahora con márgenes ambiciosos. Pero la falta de ofertas obliga a muchos a revisar sus pretensiones. “Al final ceden”, señala Corey Stambaugh, agente inmobiliario en Carolina del Norte. Las propiedades con más tiempo en el mercado se han convertido en el objetivo prioritario de los compradores con mayor capacidad de negociación.
Un ajuste desigual
Pese a la tendencia general a la baja, los analistas coinciden en que el enfriamiento no será uniforme. Las zonas con menor dinamismo económico —en especial algunas regiones del sur y del oeste del país— concentrarán las mayores caídas. Por el contrario, el Medio Oeste y el Noreste podrían mantener precios estables o incluso registrar ligeros aumentos, debido a su demanda estructural más robusta.
Para los compradores con visión de largo plazo, el escenario actual podría ofrecer una oportunidad. El crecimiento estimado del 4 % en los salarios para este año podría traducirse en una leve mejora en la asequibilidad de la vivienda, aunque el efecto será dispar según cada región.
Redfin recomienda observar con atención las viviendas que acumulan varias semanas sin vender: es ahí donde se abren mayores posibilidades para presentar ofertas por debajo del precio inicial. En un entorno donde el tiempo comienza a jugar a favor del comprador, la paciencia y la estrategia se imponen como las mejores aliadas.