Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios COHLERS+PARTNERS
Dentro de los principales efectos del greenwashing en el sector inmobiliario, se puede señalar que éste puede dificultar que los consumidores identifiquen proyectos verdaderamente sostenibles, sustentables y/o ecológicos, lo que puede resultar en una falta de confianza en las afirmaciones de sostenibilidad de las empresas. Adicionalmente, las prácticas de greenwashing pueden crear una competencia desleal en el mercado, donde los desarrolladores que realmente implementan prácticas sostenibles se ven en desventaja frente a aquellos que simplemente hacen afirmaciones sin fundamento; todo lo anterior motivado por la falta de regulación clara sobre lo que constituye un proyecto sostenible, sustentable o ecológico, puede permitir que el greenwashing prospere.
Así, pues, se propone para evitar el greenwashing en la industria inmobiliaria, los siguientes aspectos:
Primeramente, es fundamental que las empresas inmobiliarias proporcionen datos verificables sobre sus prácticas sostenibles. Esto incluye informes anuales que detallen las inversiones en sostenibilidad y los resultados obtenidos.
Por otro lado, la industria debe trabajar en la creación de estándares claros y medibles para lo que constituye un desarrollo sostenible. Esto ayudaría a los consumidores a tomar decisiones informadas y a las empresas a ser responsables.
Adicionalmente, el vital el informar a los consumidores sobre cómo identificar prácticas verdaderamente sostenibles puede ayudar a mitigar el impacto del greenwashing. Esto incluye educar sobre las certificaciones y sellos de sostenibilidad reconocidos.
La implementación de regulaciones más estrictas que penalicen y sancionen adecuadamente el greenwashing puede ser también una herramienta efectiva para proteger a los consumidores y fomentar prácticas empresariales responsables.
Pero también es necesario regular y homogeneizar al menos los criterios con los que medir la sostenibilidad. Esto es necesario para cuidar al consumidor y evitar el greenwashing. De esta manera, es posible establecer una competencia leal y evitar que hayan distorciones en los discursos. Esa es la tarea del legislador o al menos, de la autoridad competente, pues el objetivo principal es poder darle a los inversores y en general a los clientes, la posibilidad de tomar decisiones con información fidedigna y poder comparar las alternativas de distintas opciones sin que el discurso de venta esté distorsionado.
Desde la perspectiva del desarrolldor inmobiliario, si su departamento de marketing no trabaja alineado con el equipo de desarrollo de proyectos, es muy probable que los atributos que se promuevan no cuenten con algún método de verificación que los certifiquen. Lo anterior, no sólo podría originar la percepción de una publicidad engañosa para el cliente, sino que además, comprometería la responsabilidad y veracidad de la industria incentivando una mayor cantidad de controles y restricciones para el rubro.
Una alternativa, quizás, para evitar caer en el grupo de empresas que utilizan el greenwashing, sea por desconocimiento o de forma intencional, es comenzar por reconocerse como una empresa contaminante y, en consecuencia, tomar acciones concretas, verificables y medibles para reducir el impacto ambiental que genera en alguna de las distintas etapas del ciclo de vida de un proyecto.
Para mitigar el impacto del greenwashing en el sector inmobiliario, es esencial que las empresas adopten un enfoque más transparente y responsable hacia la sostenibilidad. Esto implica la provisión de datos verificables, la creación de estándares claros, la educación de los consumidores y la implementación de regulaciones estrictas que penalicen prácticas engañosas. Además, es crucial que los departamentos de marketing trabajen en estrecha colaboración con los equipos de desarrollo de proyectos para garantizar que las afirmaciones sobre sostenibilidad estén respaldadas por métodos de verificación confiables. Al reconocer su impacto ambiental y tomar acciones concretas para reducirlo, las empresas pueden no solo evitar caer en el greenwashing, sino también contribuir a un mercado inmobiliario más justo y responsable.