En un principio, arrendaba habitaciones para uso residencial, pero actualmente destina estos espacios para talleres de artistas.
Por: Equipo Mercados Inmobiliarios
José Antonio Ilianovich (36), licenciado en Historia, ha vivido durante 18 años en el emblemático Palacio Larraín, ubicado en la intersección de Moneda con Cienfuegos, en pleno centro de Santiago.
Desde hace seis años, comparte su vida en este edificio histórico con su esposa, Sofía Latorre (36). La propiedad, construida en 1913 para la familia Larraín Mancheño, cuenta con 88 habitaciones, 14 baños, cuatro cocinas y una extensa superficie de 3 mil metros cuadrados.
Ilianovich explicó que cuando llegó al palacio, el edificio estaba en ruinas, y fue él quien propuso a los actuales dueños hacerse cargo de la recuperación de su valor histórico. En un principio, arrendaba habitaciones para uso residencial, pero actualmente destina estos espacios para talleres de artistas, generando así ingresos para el pago del arriendo.
La vida en este palacio no está exenta de desafíos. José Antonio y Sofía viven en una sección del edificio denominada «la casa museo», y actividades simples, como almorzar, se complican debido a la magnitud de la propiedad.
Por ejemplo, si almuerzan en el comedor principal, que se encuentra en el segundo piso y tiene 40 metros cuadrados, deben recorrer 30 metros para llegar, lo que provoca que la comida se enfríe en el trayecto.
Otro reto es mantener el palacio limpio, ya que si no se limpia frecuentemente, el deterioro es rápido. Además, debido a las dimensiones de la casa, es imposible calefaccionarla completamente, por lo que utilizan estufas por sectores.
El palacio también es un espacio abierto al público, ofreciendo visitas guiadas y actividades culturales, como desfiles de moda, donde todo está ambientado en la época de su esplendor.
Este estilo de vida único no solo preserva la historia del palacio, sino que también lo mantiene como un espacio vivo, en el que el arte y la historia se combinan de manera cotidiana.