Por: Patricio Herman Pacheco, Fundación Defendamos la Ciudad
En este deplorable episodio quedó en evidencia que todos los funcionarios públicos que tramitaron la operación mercantil por la casa de Allende actuaron como simples «estudiantes en práctica» y con ese incomprensible comportamiento le dieron herramientas a la extrema derecha para que fustigue al gobierno. Por este motivo, el Ministerio de Bienes Nacionales debería desaparecer, formando parte como una Subsecretaria del Minvu.
Pues bien, expresamos que la antigua casa pareada de 2 pisos de Allende, localizada en la calle Guardia Vieja, comuna de Providencia, emplazada en un terreno de un poco menos de 450 m2, se rige por las normas urbanísticas contenidas en el respectivo Plan Regulador Comunal (PRC), que fija para ese sector una altura máxima de 12 pisos.
Si la senadora Isabel Allende y la ministra Maya Fernández, dueñas del inmueble, en el remoto evento de que ellas hubieran querido hacer un pingüe negocio inmobiliario, sin importarles mayormente la memoria histórica del presidente, lo debieron haber ofrecido en el mercado en el precio determinado por los tasadores, pero difícilmente habrían tenido interesados para proyectos de edificios en altura debido al escaso tamaño del predio. A lo más se podría vender para remodelarla.
No sabemos si ellas le ofrecieron la casa al gobierno de Boric o si éste tomó la iniciativa, dirigiéndose a ambas, para transformarla en un museo, pero queda claro que por razones puramente políticas el partido Republicano desea llegar al Tribunal Constitucional (TC) porque ellas, a través de un incompetente abogado, firmaron una escritura pública de compraventa para que el Fisco, a través del Ministerio de Bienes Nacionales, dispusiera de su dominio y así transformarla en el mentado museo.
Después del escándalo, todos los involucrados resolvieron rescindir el contrato y como el inmueble no se inscribió en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago (CBRS), y por lo tanto, las vendedoras no recibieron los respectivos vales vista, todo volvió a fojas cero, con lo cual se concluye que es inoficiosa la acusación en el TC.
Si ambas señoras, actuando hipotéticamente como especuladoras, tenían en mente lucrar en forma desmedida, en el entendido de que conocían las restricciones contenidas en la Constitución, apostando que el ardid «pasaría piola», ellas habrían vendido la casa a un particular amigo, para que éste, como un eficiente «palo blanco», recibiera la oferta de los $ 933.000.000 y así nadie objetaría nada. Si no actuaron de esa manera, utilizando esta habitual fórmula de negocios, fue porque primó en ellas la ética, la probidad y la transparencia, con lo cual, aunque desconocían la Constitución, procedieron de buena fe.
Vale la pena que los lectores sepan que en el año 1971, el gobierno de Allende compró a un particular de apellido Yaconi, la casa de Tomás Moro 200 en Las Condes, la que fue transformada en una residencia presidencial. Esta casona fue bombardeada el día 11 de septiembre de 1973 y fue declarada como Monumento Nacional en el año 2006, ver link
ttps://www.defendamoslaciudad.cl/noticias/item/8935-la-otra-casa-de-allende
En resumen, lo lógico sería que el inmueble de Guardia Vieja, sin ningún atractivo inmobiliario, se donara al Estado, pero si ello no es posible, por las razones que sean, el camino está abierto para que se firme, entre las partes, un contrato de comodato con el cual, tanto la senadora como la ministra, mantendrán el dominio de la casa y Bienes Nacionales la convierta en un museo.
Valga la ocasión para establecer que la casa habitación del presidente Eduardo Frei Montalva, localizada en calle Hindenburg 688, comuna de Providencia, nunca sus hijos se la ofrecieron en venta a Bienes Nacionales para que la administrara como museo. Este inmueble privado, que funciona como museo, tiene el rol N° 03506-00020 del SII, estando a nombre de Cecilia Frei Larraechea, nieta del fallecido presidente Frei. Asimismo se deja en claro que esta tradicional vivienda, con destino cultural, paga elevadas contribuciones de bienes raíces.
Con esta demostración, se deberían animar las familias Allende y Aylwin para proceder con sus casas como lo hizo la familia Frei, en orden a no pedirle al Estado que se la comprara.